Langreo estrena un minipunto limpio itinerante para aumentar el reciclaje en los núcleos rurales

Los contenedores, montados sobre un remolque, permiten la recogida de pequeños electrodomésticos y otros residuos del hogar, como bombillas, cedés o aceite usado

La instalación estará un mes a modo de prueba en La Braña y Trapa y después empezará a rotar por todo el concejo con estancias de quince días en cada pueblo

La alcaldesa, Carmen Arbesú, entre la técnica municipal de Medio Ambiente y el responsable de la empresa gestora, contempla el minipunto limpio, ya instalado en La Braña.

El Ayuntamiento de Langreo estrenó este miércoles el minipunto limpio itinerante que, de manera rotatoria, se instalará en los núcleos rurales del concejo con el objetivo de elevar su tasa de reciclaje de residuos domésticos que no tienen encaje en los contenedores tradicionales de colores. Los nuevos recipientes van montados sobre un remolque que permite a la empresa que gestiona la recogida su fácil traslado entre los distintos pueblos. En esa batería, similar a las tres fijas que ya están instaladas en diferentes lugares de los distritos urbanos del municipio, podrán depositarse bombillas, fluorescentes, radiografías médicas, baterías y pilas, aceites de cocinar usados, cedés, deuvedés, memorias USB y electrodomésticos de pequeño tamaño (transistores, batidoras o secadores de pelo, por ejemplo).

Los aparatos de mayor tamaño, que no caben en este tipo de contenedores deberán seguir siendo trasladados al punto limpio que Cogersa mantiene en Frieres.

A modo de prueba, el minipunto limpio pasará ahora un mes en la localidad de La Braña y otro en Trapa. Después, una vez experimentado su funcionamiento, empezará a rotar por todos los pueblos de Langreo con estancias de quince días en cada uno de ellos.

«Como en todo lo que hacemos en este campo, el gran objetivo es cumplir la exigencia europea de llegar a reciclar el 50% de los residuos que generamos en Langreo. Tener un punto limpio a mano, lo que no siempre es fácil en los pueblos, ayuda a conseguirlo porque facilita a los vecinos la tarea de deshacerse con seguridad de objetos estropeados o anticuados», explica el concejal de Medio Ambiente, Javier Álvarez.

En los tres minipuntos de la zona urbana se recuperaron el año pasado 271 kilos de cápsulas de café usadas, 80 kilos de fluorescentes, 125 kilos de bombillas, 87,5 kilos de corchos, 110,8 kilos de cartuchos para impresoras, 200 kilos de cedés y deuvedés, 544,4 kilos de pilas y baterías de dispositivos electrónicos y 216,90 kilos de otros pequeños artículos. En total, 1.654,3 kilos, un 11% más de lo recuperado en 2019. «Los pueblos se merecen un entorno tan limpio y protegido de vertidos incontrolados como el centro de los distritos urbanos. Lo exige la ley, pero también el sentido de lo que es correcto», señala Álvarez.