20D, el fin de una era política

Los resultados electorales dejan un escenario parlamentario con diez grupos políticos en el que las grandes fuerzas necesitarán alcanzar acuerdos

España ha dejado de ser bipartidista y quizás también “gobernable”. Al menos durante los próximos cuatro años, quienes finalmente cojan los mandos de la política nacional van a tener que bregar con un complicado parlamento multicolor y una situación política en Cataluña delicadísima. Ningún partido puede gobernar en solitario. Ni siquiera podrán hacerlo con un solo socio, la negociación tiene que ser más amplia, por matemática pura.

Los españoles decidieron el 20 de diciembre de 2015 darle al sistema político uno de los mayores giros de su historia desde 1977. Los dos grandes partidos, PP y  PSOE, perdieron 5,4 millones de votos si se compara con los comicios del 2011. En el contrapeso las dos grandes alternativas surgidas o afianzadas en los últimos años: Podemos yCiudadanos, que sumaron entre ambas más de ocho millones. La fuerza más votada fue el PP de Mariano Rajoy, que obtuvo 123 diputados. Los socialistas mantuvieron el segundo puesto pese a obtener el peor resultado de su historia reciente y caer hasta los 90 escaños. Podemos sumó como marca en solitario 42 pero su irrupción en el parlamento puede cuantificarse como mayor ya que el partido liderado por Pablo Iglesias acompañó en los comicios a listas de unidad popular como En Marea, Compromís y En ComúPodem. La suma de unos y otros le da a la formación morada hasta 69 diputados. Por su parte, el partido encabezado por Albert Rivera, Ciudadanosfinalmente ha logrado 40 escaños en su estreno en el escenario nacional, lo que hace de su entrada en el Congreso un hecho relevante.

Las dos fuerzas nuevas sumaron votos del bipartidismo tradicional pero también de otros partidos que sufren un duro golpe Izquierda Unida o UPyD.  IU, encabezada por Alberto Garzón, obtuvo tan solo dos escaños por Madrid, fue la gran derrotada del sistema por circunscripciones, por la ley electoral. Por su parte UPyDliderada en estos comicios por Andrés Herzog, no ha logró ni un solo puesto en el Parlamento, quedando casi desaparecida.

Con este escenario los únicos pactos posibles tendrán que ser plurales. Al PP, pese a ser el partido más votado, no le basta con el apoyo hipotético que les podrían dar los 40 parlamentarios de Ciudadanos. Necesitan algo más. Y el PSOE, como segunda fuerza política, podría aspirar a gobernar si para ello cuenta con el apoyo de Podemos y sus formaciones “hermanas” En Comú, (Cataluña); En Marea (Galicia) y Compromís (Comunidad Valenciana). Los socialistas también necesitarían a Izquierda Unida.

Esta situación ha provocado que los grandes partidos se vean en la necesidad de buscar una estrategia. Los populares han optado por ofrecer al PSOE un macropacto de las grandes fuerzas políticas apelando a la necesidad de atajar, sobretodo, lo que consideran “el problema catalán”. Parece ser una opción muy extendido entre los populares, al menos entre los cargos del gobierno central. A los socialistas la situación se les antoja internamente algo más complicada. En el PSOE todo el mundo parece tener claro que la opción de apoyar al PP no se puede ni plantear. Los problemas llegan a la hora de valorar un pacto con Podemos, hay políticos importantes para el PSOE, como la presidenta andaluza Susana Díaz o el presidente de Asturias, Javier Fernández, que no son partidarios de asociarse con la formación morada. Otros, que sí comparten gobierno con estas siglas en algunas instituciones, se muestran más partidarios del “sí” a Podemos. Pedro Sánchez, en el medio.El líder socialista se reunió en Ferraz con todos los dirigentes territoriales –incluidos los siete presidentes regionales y varios miembros de la Ejecutiva, entre ellos su número dos, César Luena- para abordar el asunto. De esa reunión salió una hoja de ruta: Si Mariano Rajoy fracasa al intentar ser investido presidente, Sánchez podrá sentarse a negociar con Podemos pero con condiciones. Y por supuesto ahí está también Cataluña. La principal condición del PSOE es el “no”de Podemos a la celebración de referéndum catalán. Los primeros días de enero parece que serán claves para ver el resultado de estos acercamientos.

Unos acercamientos a los que Ciudadanos no quiere protagonizar con el Partido Popular. La formación naranja no se mueve de la posición respecto a la investidura que anunció Albert Rivera la misma noche del 20-D: “Abstención para permitir la investidura, sí,  pero Gobierno de coalición o un pacto de legislatura PP-Ciudadanos, no”. El mismo mensaje que repitió la número dos de ciudadanos Inés Arrimadas, después de una comparecencia del presidente Mariano Rajoyen la Moncloa presionando a socialistas y Ciudadanos para que faciliten su investidura. “Lo hemos dicho durante la campaña y lo decimos ahora, no vamos a entrar en un Gobiernodel PP, un Gobierno que no represente nuestro proyecto político, pero sí somos responsables y consideramos que el Congreso debe empezar a funcionar para impulsar las reformas que necesita España”, explicó Arrimadas.

Con estos antecedentes el inicio de año se prevé movido en los despachos políticos de toda España. Hay mucho en juego.

El trabajo en el Congreso de los Diputados también cambiará. Los 345 diputados estarán distribuidos en 10 grupos propios, convirtiendo a la XI Legislatura en la que cuente con el mayor número de grupos propios de toda la democracia. El único precedente de una fragmentación similar en la Cámara Baja fue en la I Legislatura, tras las elecciones de 1979, en las que UCDganó con mayoría simple y que mantuvieron a Adolfo Suárez como presidente. En aquella ocasión, el Hemiciclo estaba distribuido en nueve grupos, además del mixto. Este año serán diez. El trabajo también se multiplicará.  Dos (casi) únicas soluciones: O el acuerdo o nuevas elecciones.