“Es un milagro llevar treinta años en esto y hacerlo con ilusión”

La tertulia cinematográfica Sala Oscura cumple treinta años y con ellos hablamos sobre sus proyectos y dificultades. Su día a día está marcado por el interés a la hora de dotar al concejo de Langreo, en particular, y al valle del Nalón, en general, de un programa cultural que con el paso de los años se ha consolidado.

Miembros de la tertulia cinematográfica Sala Oscura en el cine Felgueroso de Sama.

-¿Cómo fueron los inicios de sala oscura?

– La aventura comienza en marzo de 1990 como una iniciativa que se aglutinó entorno al área de imagen del Ayuntamiento de Langreo. En aquel momento éramos cuatro personas las que decidimos crear una tertulia cinematográfica con el objetivo de ver, difundir y comentar el cine. Lo hacíamos en las Escuelas Dorado con una televisión, bastante curiosa, en una de las salas de arriba – donde ahora está ubicada el área de imagen -. Dos semanas después, más o menos, se incorporaban Miguel Ramos – al que queremos aprovechar para rendir un homenaje –,  Alejandro Zapico y Ángel Verdejo que se vinieron a sumar a José Ramón López, Avelino Fernández, Eduardo Jiménez y Antonio Merino.

-Supongo que les costaría darse a conocer. ..

-Sí. Los principios siempre son duros y no contábamos con repercusión en los medios de comunicación así que lo que funcionó fue el boca a boca. Gracias a él llegaron muchas personas nuevas y comenzamos a ampliar el proyecto. También tuvimos el acierto y la sana costumbre de fijar ya los martes, a las siete y media de la tarde, como día para ver las proyecciones y reunirnos.

-¿Cómo creció este proyecto que comenzó en un grupo de amigos?

-Por la propia gente. Empezamos a ser más y cambiamos hacia el salón de actos de la casa de la cultura de Sama. Estábamos muy apretados allí, pero era lo que había. Después, cuando se arregló el cine Felgueroso, fue cuando cambiamos la ubicación.

Integrantes de Sala Oscura, durante la entrevista.

-¿Cuando comenzó la idea de las programaciones?

-Aproximadamente dos años después, cuando cogimos el proyector y ya tuvimos una pantalla más curiosa para ver la sala. Empezamos a hacer estos programas de cine, que no son nada fáciles, con una idea clara que es la de meter siempre en la programación trimestral: una película española, un clásico del cine, un director pujante, algo del cine europeo, grandes actores, cine de actualidad y también filmografía que podríamos llamar “exótica”: películas asiáticas, del norte de Europa o africanas. Y así, poco a poco, fue asentándose la cosa.

-Durante estos años habéis ido cosechando muchos éxitos. De todos ellos, ¿cuál creéis que es el más importante?

-Pues quizás, al margen de las programaciones de cine, esté el libro que editamos desde Sala Oscura “Langreo, una historia de cine” (1996) que tuvo una gran proyección a nivel local, regional e incluso nacional. Fue un fuerte impulso y un tirón importante para la tertulia que se dio más a conocer. Después nos metimos de lleno en la idea de difundir el cine a través de talleres. Hicimos un montón de cursillos que trataban temas como el guión, la realización, la técnica, etc, e hizo que se incorporara mucha gente joven a la tertulia.

– El secreto es la perseverancia es, entonces…

– El secreto es la ilusión, el respeto por lo que hacemos y también, hay que decirlo, que la gente viene. La tertulia no pide absolutamente nada para entrar. Después, es importantísimo poder escuchar a todo el mundo y hacerles partícipes. De hecho, los últimos ciclos los están haciendo personas que se han incorporado recientemente a la tertulia y, obviamente, los veteranos estamos encantados.

Y por supuesto, otra parte fundamental es que cuando se programan ciclos la gente responda. Si no fuera así, estaríamos como al inicio. Es decir, seríamos un grupo de amigos que se unen para ver cine y comentar después. La verdad es que es un milagro llevar treinta años en esto y que, además, haya un núcleo que lo empezó y que haya continuado durante todo este tiempo con ilusión.

-Pero habría vacas flacas… Siempre sucede.

-Sí, claro. Estuvimos muchos años en lo que éramos pocos. Hay que tener en cuenta que somos una asociación sin ánimo de lucro y que lo que hacemos es por amor al arte aunque exija mucho esfuerzo por nuestra parte. Aquí nadie saca dinero.

– ¿A qué problemas os habéis tenido que enfrentar durante estos treinta años? A mi se me ocurre, por ejemplo, un cierto pudor a a hora de participar en un actividad donde no conozco a nadie ¿Puede ser?

-Sí. Es verdad que de primeras hay un cierto pudor a entrar pero, superada esa barrera, la gente se siente bien integrada. Por otra parte sí que tenemos un problema evidente que es el de comunicar la actividad y que lo conozca aún más gente. Que la gente sepa que no hay que pagar, que es una actividad gratuita el venir aquí.

Y quizás el último de los problemas al que nos hemos enfrentado sean los picos de actividad. Hubo muchas mejoras, fundamentalmente en los equipamientos, pero con la llegada de la crisis y los recortes tuvimos que adecuar el programa cultural que estábamos haciendo.

– ¿Habrá actos para celebrar la treintena?

– Tenemos pensando algo, pero aún está todavía por confirmar y no podemos adelantar nada. En este momento no está de nuestra mano.

– ¿Qué temáticas gustan más?

-Quizás la cuestión es al revés. Dependiendo del ciclo hay diferentes tipos de espectadores. Por ejemplo: cuando ponemos cine del oeste viene gente más mayor, cuando hay cine de amor también… sin embargo cuando tocamos temas que están más a la vanguardia empieza a aparecer otro tipo de público determinado. Y después, nos nutrimos fundamentalmente de Langreo pero también hay miembros de la tertulia que son de fuera de Langreo y viene gente a las proyecciones desde diferentes puntos de la región.

-También tenéis temas de actualidad llevados al cine. ¿Cómo es el backstage o la lluvia de ideas previa a sacar adelante estos ciclos?

-Algo parecido a formar gobierno. (Risas) Todos los ciclos nos parecen atractivos, la cuestión está en cual elegir. Y luego ya, cuando tenemos la temática, viene lo más complicado todavía. Seleccionar de entre doscientas películas qué es lo que vamos a proyectar.

Actualmente hacemos unos ciclos a modo de “cajón de sastre” donde coge todo tipo de filmografía independientemente de su género. Es una idea que está cuajando bien. Por ejemplo, los dos últimos fueron “Artesanos del cine” y  “Guionistas en el cine” y en ellos pudimos tocar actores, guionistas, directores, diferentes temáticas…
Eso sí, siempre teniendo en cuenta un mínimo de calidad en la película y que ésta sea de interés para el público. 

– ¿Con qué nuevos proyectos vais a sorprender?

– Queremos publicar un libro que se llamará “La historia de los cines asturianos” en el que Avelino lleva trabajando ya cinco años. Lo que no podemos adelantar es si será sobre papel o aprovechando las nuevas tecnologías, pero sí que tenemos claro que este trabajo se divulgará para que todo el mundo lo disfrute. Esta tertulia nació con el objetivo de recuperar el cine de amigos en un espacio público y todo lo que hacemos, entendemos que tiene que ser una manera de crear pueblo desde el pueblo.