“Soy de Pola y mi vida está ligada a este río y a La Chalana”

Lisardo Lombardía Yenes recibió en el mes de diciembre el “Chalaneru del Año” distinción que concede por primera vez la Sociedad Cultural y Gastronómica “La Pegarata”. De esto y de su labor como director del Festival Intercéltico de Lorient habla para LA CUENCA DEL NALÓN.

Lisardo Lombardía n en Laviana  23/12/2016 foto: Juan Carlos Román

-¿Cómo vive este premio?

-Cuando en una conversación me pregunta de dónde soy siempre digo que de Llaviana, y luego de La Pola. Así que imagínate que es este premio para uno de La Pola que además pasó todos los veranos de su infancia y adolescencia en La Chalana. La Chalana por aquel entonces era un sitio vivo, donde íbamos con los amigos a tomar una caja de sidra y llevábamos comida de casa mientras hacíamos deporte y pasábamos los días de verano. Además, soy uno de los primeros que participó en el descenso folklórico del Nalón que luego se convirtió en esta gran fiesta. Yo era de lo más pequeños pero ya andábamos tirándonos por allí con neumáticos y flotadores. Me acuerdo que el segundo año del descenso vacié el cajón del carbón de mi madre y le pinté una cruz para bajar por el río. Claro, cuando vi que faltaba me preguntó que dónde estaba y no me quedó más remedio que ir a recogerlo río abajo. Este ha sido mi sitio hasta que marché a estudiar medicina a Oviedo y siempre que puedo vuelvo aquí. También es el lugar donde empecé a ir a las romerías y a escuchar canción asturiana.

 -¿Cómo es el primer contacto con Lorient?

-El primer contacto con la Bretaña fue por los estudios de medicina, ya que estaba intentado en la psiquiatría. Fui en el año 77 y allí me encontré a un francés que me enseñó buena parte de la región. Acabé gastando todo el presupuesto en libros y discos y tuve que volver a dedo. En el 79 fui a hacer una visita turística y entré por confusión a Lorient. Aquella noche en el Palacio de congresos se estaba celebrando el festival de invierno con los nuevos talentos bretones. Nos sentamos en una mesa a tomar un coñac, Veterano concretamente, y se nos acercaron dos personas. Uno de ellos me dijo que “tomando Veterano debíamos ser españoles” y yo le dije que sí, que éramos asturianos. Uno de ellos era el presidente del festival Polig Monjarret y más tarde llegó el secretario. Fue nuestro primer contacto.

-¿Cómo consigues que Asturias pase a tener un papel en Lorient?

-Yo estaba convencido de la necesidad de vincular Asturias a Bretaña y a todo el movimiento intercéltico contemporáneo. Mandé un dossier, que en principio no llegó al lugar que tenía que llegar, pero que posteriormente pude defender. En el 85 desembarca una delegación asturiana con la exposición “Hórreos y payoces” y el grupo Beleño. En este momento empiezo a colaborar con el festival de manera directa, y en el 87 Asturias empieza a formar parte del festival como país de pleno derecho a la altura de otros como Irlanda o Escocia. En el 2007, cuando se jubila el antiguo director me propone que ocupe su plaza. Aunque al principio no estaba convencido finalmente me desplacé allí y ya van casi diez años.

-¿Cómo perciben los bretones la cultura asturiana?

-Les gusta Asturias porque siempre nos hemos presentado de una manera muy natural: con la manera de expresarnos, de hacer las cosas… algo que aprecian. Para Asturias hay un año mayor en Lorient que es el 98,  donde el Principado lleva un pabellón con gastronomía, actuaciones diarias, música, etcétera. También hay elementos simbólicos muy apreciados como la forma de escanciar sidra que se percibe como un valor en sí mismo. El interés de los bretones por Asturias se vio muy claro con la línea de ferry, que siempre venía llena.

-¿Sigue habiendo cantera en Asturias?

-Sigue habiendo y además con músicos cada vez más formados. Aún así Lorient es más que música: es la universidad popular, la literatura, el salón multicultural, los espacios de desarrollo sostenible. Realmente hay una gran diversidad de actividades que se desarrollan con un nivel de gratuidad del 60 % y con unos niveles de acceso en precios muy buenos. Existe un sistema de chapas que te permite disfrutar de 10 días de actuaciones por cinco euros y los grandes conciertos que nunca superan los 40.

Lisardo Lombardía en un momento de la entrevista con nuestra redactora Bibiana Coto
Lisardo Lombardía en un momento de la entrevista con nuestra redactora Bibiana Coto

-¿Os ha afectado la crisis?

-El presupuesto en realidad no ha bajado, es estable. Lo que pasa que nos organizamos de otra manera, con comisiones. En actuaciones artísticas sigue habiendo lo mismo, lo que es una garantía para seguir trabajando. La crisis la hemos afrontado con calidad y con cosas como la incorporación de la chapa de la que te hablamos antes, que es una manera de marcar adhesión al festival y que está teniendo mucha acogida. La ciudadanía colabora con el festival y lo hace además con orgullo.

-Llama la atención que muchos grupos y artistas que no eran conocidos llegan al éxito tras su paso por Lorient. ¿Cómo tenéis tan buen atino a la hora de encontrarlos?

-Tenemos delegaciones que trabajan en cada país y que conocen muy bien lo que se está moviendo en cada sitio, porque al final la música y la cultura siempre es algo vivo, no es un museo si no que se reinventa cada día. En este sentido lo importante es ver a los grupos y a los artistas en directo, porque ahí es donde se puede medir la calidad. A la hora de buscar nuevos talentos cuenta la experiencia, la intuición y el propio conocimiento, aunque obviamente no siempre acertamos hay grupos desconocidos que pasan por el festival y que no acaban siendo “The Coors”, o Carlos Núñez, que son igual los más representativos de Lorient.

Del interés por buscar nuevos talentos surge, por ejemplo, el programa “Nueva Generación” que estamos haciendo en Bretaña. Cuando detectamos un grupo que realmente tiene calidad le buscamos un padrino que los acompaña durante el año orientándolos y evitando, en la medida de lo posible, que lo fagociten de alguna manera o le cambien el estilo.

-Después de todos estos años, ¿qué nos diferencia y nos acerca a los bretones?

-Hay muchísimas cosas que nos acercan, como las “Noches en Danza” que tienen mucho que ver con la forma en la que los bretones entienden la tradición y la cultura que siempre es algo vivo para ellos. La música de la alta Bretaña también se parece mucho a lo que nosotros tenemos con danzas que se asemejan, lo que explica el éxito de formaciones bretonas como “Amieva”, que cuenta con una vocalista asturiana y que ha sabido mezclar muy bien el ritmo bretón con las melodías asturianas.

La personalidad bretona también es parecida, pueden parecer tímidos pero son gente fiel y generosa, a la vez que hospitalaria. La gran diferencia que les veo es, quizás, su capacidad de trabajar conjuntamente por un proyecto sin tener en cuenta quién lo presenta o bajo que ideología se presenta.