La vizcaína Isabel Andreu gana el LXIV Concurso de Cuentos de La Felguera

La LXIV Edición del Concurso Internacional de Cuentos de La Felguera ha encontrado su ganadora en la localidad vizcaína de Getxo, se trata de la periodista vasca María Isabel Andreu.  Su obra titulada «Es pecado matar a un ruiseñor», fue la elegida por el jurado, que tuvo que analizar un total de 34 cuentos finalistas para llevarse una dotación económica de 4.000 euros.

En esta nueva edición del certamen, que organiza la Sociedad de Festejos y Cultura «San Pedro» de La Felguera, concurrieron un total de 1.076 cuentos, llegados desde 32 países distintos. El Concurso de Cuentos de La Felguera, organizado por «San Pedro», es, con 64 años, el decano de este tipo de certámenes de relatos en España.

El jurado destacó de la obra Andreu que «se trata de un relato muy bien construido, lleno de referencias literarias», la primera de ella, la de su propio título, inspirado en el libro de la escritora Nella Harper Lee «Matar a un ruiseño». El cuento de la ganadora guarda similitudes con esta obra, habla de la vida de un mendigo al que se acusa de unas posibles violaciones. «Es pecado matar a un ruiseñor» también hace guiños «al País Vasco natal» de la autora, aunque eso sí, la acción del cuento no se desarrolla en Euskadi.

Un año más y debido a la gran participación en este certamen la labor del jurado no ha sido fácil. Este año se recibieron aproximadamente unos 1.100 cuentos, de los que 1.076 fueron aceptados al cumplir las bases exigidas. De ellos, 666 llegaron desde España, desde Argentina 171, México 50, Colombia 42, Cuba 26, Chile 19, Perú 18, Venezuela 15 y Estados Unidos 14.

Finalmente el jurado leyó 34 relatos. Salvador Gutiérrez, portavoz del jurado, explicó que la elección del ganador se realiza con el denominado método Goncourt (el principal premio literario francés), en el que los miembros del tribunal, sin hablar entre ellos, van votando las que consideran las mejores obras hasta que se llega a un dictamen final. Se trata de un proceso que «garantiza la autonomía de cada componente del jurado» porque no existen «interferencias o influencias» de ningún tipo.