Caliao suena a bandurria

El pueblo casín acoge, por decimoquinto año, el Encuentro de Bandurrieros

Caliao suena a agua, a bosque, a ganado, suena a viento y a tranquilidad. Suena a ladrido de perros, a los gritos revoltosos de los niños y cuando el día está azul, hasta suena a verano. Pero si hay un sonido característico del pueblo casín éste es el de la bandurria. Caliao acogerá, el próximo 4 de mayo, a partir de las seis de la tarde, un nuevo Encuentro de Bandurrieros. Ésta edición es ya la decimoquinta por lo que no se puede hablar de que el evento coja de sorpresa a propios o a extraños, de hecho se espera casi tanto como la fiesta del pueblo.

El Encuentro, cuya entrada y participación es totalmente libre, tendrá lugar en las Antiguas Escuelas de Caliao y está impulsado por la Parroquia Rural de la zona.

La bandurria de Caliao es una variante del ravel peculiar del pueblo casín Es un instrumento tradicional muy antiguo, hecho a mano con la tapa de piel de cordero o cabrito.

Con bandurrias se puede tocar de todo porque casi todos las han tocado desde los tunos a los mariachis. Esa pequeña guitarra de sonido agudo es, en realidad, la evolución del ravel, un instrumento que ya aparece en tallas románicas (siglo X-XI) y que en la zona de Caso permanece casi intacto. Los expertos coinciden en afirmar que la bandurria fue un instrumento «indispensable para las celebraciones y conservó durante siglos su forma original en Caliao». ¿La explicación?: El aislamiento geográfico de la región.