A la sombra de un confinamiento

No hemos hecho las cosas bien. Nadie sabe, o no se quiere ver exactamente en qué se ha fallado, pero hubo y hay fallos a la hora de contener la pandemia. Se han dejado abiertas demasiadas puertas para que la covid-19 vuelva a apoderarse del presente y posiblemente del futuro, y lo comience a convertir en una pesadilla ala que nunca se hubiera querido llegar. Los expertos lo llaman la segunda ola, nosotros apreciamos hospitales saturados, sanitarios agotados, conocidos y amigos infectados y de nuevo muertos. Demasiado muertos, hay que priorizar la salud y la vida.Y lo peor, el coronavirus se está cebando, de nuevo, con la población de más edad, siendo las residencias de mayores un foco de contagio masivo. En principio en los centros de mayores de la comarca del Nalón esos contagios no se están produciendo, pero no estamos libres.

La posibilidad de que los datos empeoren existe, ante eso Asturias se blinda, se decreta comenzar noviembre con el cierre total de la hostelería, la mayor parte del comercio minorista, los centros comerciales, los espectáculos, los congresos, las conferencias y las clases presenciales de la Universidad. Una primera quincena complicada que nadie quiere que tenga que alargarse. El Principado adelanta el toque de queda a las 22 horas y cerrará la hostelería, gran parte del comercio, los espectáculos y la Universidad. Incluso se han intentado medidas más estrictas solicitando al Gobierno Central un confinamiento domiciliario aperturista (similar a la fase 1 con fases para salir de los domicilios) de quince días. Una medida, esta última que no ha convencido al Gobierno Central que apuesta por ver si con las restrictivas medidas los datos mejoran en nuestra comunidad. El Principado no tiene competencias para decretar el confinamiento domiciliario general, por el momento parece que no lo habrá pero no se descarta que si los datos empeoran se vuelva a solicitar.

El Presidente del Principado, Adrián Barbón y el consejero de Salud, Pablo Fernández, durante la rueda de prensa informando de las nuevas medidas restrictivas, a causa de la segunda ola de
covid, que entran en vigor el miércoles 4 de noviembre.

Sin confinamiento domiciliario la propuesta asturiana se sustenta en cinco líneas. La primera suspender la apertura al público de los locales y establecimientos minoristas, a excepción de: los establecimientos comerciales minoristas de alimentación, bebidas, productos y bienes de primera necesidad, establecimientos farmacéuticos, sanitarios, sociosanitarios, centros o clínicas veterinarias, ópticas y productos ortopédicos, productos higiénicos, prensa y papelería, combustible, estancos, equipos tecnológicos y de telecomunicaciones, alimentos para animales de compañía, comercio por internet, telefónico o correspondencia, tintorerías, lavanderías y el ejercicio profesional de la actividad de peluquería. Una segunda medida es cerrar la apertura al público de los museos, archivos, bibliotecas, monumentos, así como de los locales y establecimientos en los que se desarrollen espectáculos públicos, las actividades deportivas y de ocio, hostelería, restauración, locales de juegos y apuestas y centros comerciales.La tercera se centra en el sistema educativo con el cierre de la Universidad, excepto para actividades imprescindibles que no puedan realizarse de forma telemática. La cuarta recuerda que se mantiene la actividad educativa (0-3, infantil, primaria, secundaria, bachillerato, formación profesional y artísticas) con el cumplimiento estricto de los protocolos vigentes. Y se termina con otra suspensión la de seminarios, congresos, conferencias.Un manual para intentar contener y disminuir los contagios, pero que golpea a nuestra ya dañada actividad económica, para la que se prevén medidas. Muchos asturianos temen por sus puestos de trabajo si estamedida se alarga demasiado en el tiempo, a nadie se le escapa que somos los ciudadanos los que debemos ponernos en primera línea para vencer una guerra en la que poco a poco estamos perdiendo demasiadas batallas.

Mientras los ciudadanos de a pie podemos arrimarel hombro para salir de esta fase de restricciones y cierres. ¿Qué hacer para intentar librarnos del coronavirus? Todos lo sabemos, y quizás sea eso lo más angustioso. Llevan meses indicando lo que se debe hacer para vencer el virus, limpieza de manos ayudados por el uso de geles, uso de mascarilla, distancia de seguridad. ¿Complicado? No, pero no se hace de forma correcta. Con actitudes, aunque sean las menos, irresponsables estamos a un paso de terminar con nuestra hostelería, con el comercio… en definitiva con la vida de nuestros pueblos.

Box de la UCI del Hospital Valle del Nalón.

La segunda quincena de octubre nos devolvió a la realidad, el virus sigue ahí. Desde entonces, el volumen de ingresos en plantas hospitalarias y en la UCI motivados por la covid-19 se ha disparado en el Principado, al mismo ritmo que lo hacían los contagios. El incremento desbocado de casos con hospitalización que se registra desde octubre ha hecho que los hospitales se estén reorganizando para afrontar una previsible avalancha de nuevos infectados. Con los hospitales «al límite», y sin apenas camas UCI disponibles en toda Asturias, la Consejería de Salud elabora ya un documento en el que propondrá al Principado el confinamiento domiciliario en todo el territorio. Desde el Principado mantienen que el plan oficial es esperar a que el próximo sábado, día 7, se cumplan los quince días del cierre perimetral de Oviedo, Gijón y Avilés y que, «en función de la situación epidemiológica, se actuará».

En la memoria colectiva están aquellos días en los que Asturias se anunciaba a bombo y platillo como garantía de salud, con casi un mes sin positivos por covid-19. La situación actual es exactamente la contraria. Pero la irresponsabilidad lo ha llevado a ser eso, un recuerdo: en nuestras manos está en hacerlo realidad. Y ahora hablamos de que un total de 26 de los 78 concejos asturianos mantienen una situación de riesgo extremo de contagio de coronavirus, según los datos del Observatorio de la Salud de Asturias. Toca cuidarse y ser respetuoso con las medidas sanitarias.