“Lo que nunca se ha perdido ha sido el espectáculo y las ganas de fiesta”

De izquierda a derecha: José Manuel Iglesias ‘Ché’, Pablo Vázquez, Tamara Díaz, Goyo Fernández y Berto García.

El Descenso Folklórico del Nalón es, desde el pasado mes, Fiesta de Interés Turístico Nacional. De sus orígenes, recorrido y futuro hablan para LA CUENCA DEL NALÓN algunos de sus protagonistas. Además contamos para la ocasión con dos componentes de las peñas de Villoria y Barettini que cuentan en su haber con el “Chalanín”. Tras más de cincuenta años solo cuatro peñas ostentan este título.

José Manuel Iglesias “Ché”. Precursor del Descenso

-¿Cómo surge esta idea?

-La primera vez que se hizo, que no hubo premios ni nada, fue tras una excursión al descenso de Ribadesella. Se nos ocurrió hacer algo parecido para continuar la fiesta y la diversión. Al año siguiente hicimos lo mismo pero ya contamos con premios, aunque no recuerdo exactamente que se entregó. De aquella éramos unas pocas embarcaciones y como mucho treinta personas. Eso sí, ya íbamos disfrazados y desfilando por las calles para montar fiesta.

-¿Han cambiado mucho las cosas desde aquellos años?

-Muchísimo. Cambió la calidad, el número de gente que ahora participa, la publicidad que se da en medios de comunicación. Fue avanzando poco a poco hasta que se comenzó a conocer en toda Asturias. Sobre los años 70 ya había embarcaciones que llegaban de Sotrondio y de Sama y empezaron a participar otras.

Lo que sí sigue igual es el espíritu con el que nació. El pasar un día bien, de fiesta y con cachondeo y, además, exhibir cada uno sus aptitudes a la hora de crear la embarcación más guapa. El carpintero que hace la carroza, el escayolista que hace las figuras, todo eso sirve de estímulo a los chavales. Puede que ahora los premios sean mejores y que haya más competencia pero lo que nunca cambia es la gana de divertirse.

Pablo Vázquez. Fundador de Amigos del Descenso

– ¿Por qué se pone en marcha la asociación?

– Pensamos que la fiesta estaba a la deriva y que, incluso, podía desaparecer. Así que aunamos  fuerzas y nos dirigimos la Ayuntamiento, organizador en aquel momento, para tomar cartas en el asunto. En otoño de ese mismo año fue el consistorio quien convocó a los capitanes de las embarcaciones con el fin de buscar soluciones a los problemas que estaban empañando la imagen del Descenso. En esa reunión se volvió a exponer la idea de la asociación y un grupo de “locos” , que no nos conocíamos previamente, nos metimos en esto.

-Dígame una alegría y una tristeza al frente de la asociación.

– Una tristeza, para mi, es que haya personas que intenten echar por tierra la imagen de la Asociación y el trabajo que se hacía, llevándolo incluso al terreno personal. Nunca he esperado agradecimientos ni mucho menos sacar algo “tangible” de los años de sacrificio personal y familiar. Pero sí que he esperado que, al menos, nos dejaran ejercer esta labor con un poco de respeto hacia nosotros y nuestras familias y por desgracia, no siempre ha sido así.

La alegría fue conocer a personas dentro de la asociación que se involucraron con ella. Como te dije antes no nos conocíamos previamente y, algunos, ni siquiera los conocía de vista. Eso sí que es “algo que he sacado”: una amistad profunda y sincera. Son personas que han entrado en mi vida durante esta etapa y por las que profeso un grandísimo agradecimiento y admiración.

Tamara Díaz. Presidenta de la Asociación de Amigos del Descenso

– El que la sigue la consigue y, al final, han conseguido que el Descenso Folklórico del Nalón sea declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. ¿Cómo fue el acto de entrega de este reconocimiento?

-Fue un acto emotivo aunque con muy poca gente. La pena es que no pudo estar todo el mundo debido al protocolo sanitario. Algo que intentamos de alguna manera paliar retransmitiendo el acto en directo que, por cierto, tuvo muchísimas visualizaciones.

-Se que a casi un año vista es difícil responder al enfoque que habrá para el próximo año. Pero, ¿nos puede adelantar algo?

-Este año, como no podemos montar el Descenso, estamos preparando un álbum de cromos conmemorativo. El año que viene haremos una fiesta por todo lo alto, aunque quizás no tenga la repercusión que hubiera tenido de ser este mismo año. Seguiremos ayudando a las peñas, facilitando materiales y mejorando la zona de acampada, entre otras cosas.

Goyo Fernández. Peña Villoria

-¿Cómo se escoge una temática y se llega al punto final?

-A partir de diciembre empezamos a proponer ideas y al final votamos. Cuando ya tenemos el proyecto en mente nos ponemos manos a la obra aunque, muchas veces, el resultado no es como esperábamos.  Por ejemplo, cuando hicimos el Transformer nos dio mucho problema por el movimiento. La semana antes no salía. Así que hubo que trabajar en ello y no pudimos meternos en otros detalles – que sí habíamos pensando – y quedaron en el tintero. Aún así estamos muy orgullosos de aquel trabajo.

-Como marinero experto,  ¿qué destacaría del descenso?

-Te puedo hablar de él por etapas. En el año 77 comenzamos a bajar el río, en el 79 ganamos la primera sopera, la segunda en el 80 y en el 81 no ganamos, pero la gaita y el tambor de la carroza desfiló después en el Día de América en Asturias. A partir de ahí, dejé de competir para divertirme. Ahora que he vuelto al ruedo soy el típico que nada más acabar empieza a pensar cómo será la siguiente y qué podemos aportar nuevo.

Berto García Morán. Peña Barettini

-¿Qué destacaría del Descenso?

– La cantidad de gente que atrae, no solo de Asturias si no del resto de España y el ambiente que se crea tanto por el Descenso en sí como por la fiesta que hay alrededor que sitúa a Laviana en el calendario.

-El hábito no hace al monje, pero el monje si puede hacer el hábito. ¿Qué se siente desde dentro?

– Pues vamos caracterizados con la temática de la carroza y, además, el núcleo duro se disfraza de personajes emblemáticos con los que vamos haciendo espectáculo por la calle. Al final es un orgullo desfilar como Barettini y siempre lo vivimos de manera divertida y con intensidad. Por ejemplo, una de las carrozas que más me prestó fue en la que salí como Julio César. Íbamos haciendo mucha pantomima, daban el saludo desde abajo y montábamos fiesta. Y encima conseguimos el premio final.