Trabajo al unísono, por y para rescatar

Rescatar al accidentado es su objetivo. Brigadistas y guardias civiles de montaña compartieron durante tres días conocimientos, métodos y ejercicios en unas jornadas formativas que tuvieron como escenario las instalaciones que Hunosa tiene en el pozo Fondón, en Langreo.

Simulacro de rescate de la Brigada de Salvamento Minero y la Guardia Civil de montaña.

La Brigada de Salvamento Minero ejerció de anfitriona para una docena de integrantes de los servicios de Montaña y de Desactivación de Explosivos de la Guardia Civil. De este modo, pudieron perfeccionar las técnicas y las prácticas para rescates en situaciones similares a los que se encuentran en accidentes mineros y que en la actualidad se producen en «agujeros profundos, cuevas…», explicaba el director técnico de los brigadistas, Sergio Tuñón. Fue el reencuentro de dos unidades que participaron el pasado mes de enero en el rescate del pequeño Julen, el niño de dos años que cayó a un pozo en la localidad malagueña de Totalán. Aunque no es su primera colaboración. Jornadas similares se vienen desarrollando desde 2008, aunque «en contacto estamos casi a diario, es importante conocernos bien para afianzar nuestro trabajo e ir actualizándonos».

Una práctica de rescate en altura fue el broche final de los tres días de «intercambio de experiencias y de conocimientos». Los diecisiete integrantes de la Brigada de Salvamento Minero y doce miembros de la Guardia Civil, especialistas en micro voladuras (de Asturias, León, Huesca, Madrid y Cantabria) formaron parte del grupo. El ejercicio al que se tuvieron que enfrentar fue un supuesto de evacuación de un minero o montañero accidentado en un pozo vertical y cueva con dos contrapesos, para el que utilizaron el castillete de la explotación minera langreana, donde subieron al herido a unos veinte metros de altura.