Ciaño rinde honores a cinco fusilados

Ha pasado mucho tiempo. Demasiado. Pero al fin la justicia se impuso y cinco familias, con raíces en el distrito langreano de Ciaño, han visto como sus antepasados han sido reconocidos en el mismo lugar donde injustamente encontraron la muerte al ser fusilados por  defender sus ideales y la democracia que seguimos construyendo.

Manuel Duarte Roza, Alfredo Fernández Canga, Eduardo Gallo Fuertes, Pablo del Blanco Llamas y José María Suárez Fernández, fueron fusilados en Ciaño y enterrados en una fosa común en una esquina del que en la actualidad es el edificio que acoge la plaza de abastos. Ellos siguen allí, ahora una placa los reconoce.

Placa en recuerdo a los fusilados en Ciaño
Placa en recuerdo a los fusilados en Ciaño

Más de trescientas personas asistieron al homenaje el pasado tres de julio. La emoción de sus familiares eran patente. En nombre de todos ellos tomó la palabra Hidelgar del Blanco., impulsora del acto «Siempre supe que mi padre estaba aquí enterrado. Los fusilaron a la puerta del cementerio y los trajeron aquí; después levantaron la plaza de abastos», esgrimió Del Blanco, para añadir a continuación: «Hoy es un día grande para nosotros, el más grande de mi vida. Siempre quise esto y creí que me moriría sin verlo». «Este crimen ha dejado de estar en la penumbra, pero todavía queda mucho oculto», apostilló.

En el acto también intervinieron políticos, sindicalistas, historiadores y representantes de colectivos de recuperación de la memoria histórica. El alcalde de Langreo, Jesús Sánchez, calificó a los cinco represaliados como unos «luchadores de la democracia» que murieron por «defender los derechos de todos nosotros».

Un gran día que hay que agradecer a Javier Fernández que tras escuchar la ilusión de sus suegra Hildelgar por hacer algo por estos fusilados se puso manos a las obras y trabajo incansablemente más de dos años. Él logró que la historia de estas cinco muertes se escriba con letras de honor.