Chistes

Un programa radiofónico bastante irreverente se descolgó con un chiste sobre el enésimo frente por el carbón que nuestros municipios, empresas y sindicatos han montado. Venía a decir que esta gente defendía las tecnologías del futuro como “el carbón y el teletexto”. El humorista, Broncano, acababa con una frase maravillosa y lapidaria: “esa gente ahí agarrada al carbón”.

También proponían la creación de Carbonia, un parque temático en torno a la mina. Curiosamente ese mismo día, se presentaba la iniciativa Minas de Asturias. Convertir las minas en una marca turística y explotarlas es una buena idea. Creer que esto puede servir de sustituto a un sector industrial y paliar las décadas de parálisis, es un mal chiste. Como aquel de el carbón por el ratón plasmado en el pozo Venturo y otros chiringuitos de postín.

Más chistes. Ahora la empresa eléctrica que gestiona la central de Lada es la mala de la película porque “no mira por el empleo ni por la gente”. Blanco de las iras de los gobernantes y opositores quien, hábilmente, olvidan los años y años mirando para otro lado en temas de legislación o las puertas giratorias siempre abiertas en las compañías energéticas. El chiste es pensar que una empresa privada tenga como objetivo otra cosa que no sean sus beneficios y tratar de colárnoslo. La culpa, siempre del otro.

Eso me lleva a otro chiste, más visual: dos mapas de nuestra región. En uno, toda Asturias cubierta de rojo con la leyenda: “población desencantada con el PSOE”, en su gemelo todo el territorio cubierto de verde bajo el título “Población que vota al PSOE”. Y lo mismo para sus opositores que lo mismo nos da que nos da lo mismo.

Para concluir esta tormenta de humor, rescato un último chiste, de los que nos entran por los ojos: unos pedazo de mierda muy graciosos gobernando el país. Cacas con ojos, corbatas y cara de imbéciles para explicar en qué consiste la Kakistocracia, o el gobierno de los peores. De la puta mierda. Otro chiste de mierda. Siempre nos quedará Carbonia.