Los turistas de otras comunidades autónomas los más interesados en conocer la Casa del Agua

Interior de la Casa del Agua

La Casa del Agua ha recibido, desde su reapertura a mediados del pasado mes de abril, a algo más de 2.200 personas. El centro, que permaneció cerrado durante cuatro años, atrae a un público principalmente de fuera de la región, de comunidades como Madrid. País Vasco,  Valencia y Andalucía.

Desde la pasada Semana Santa, la oferta expositiva de la Casa del Agua se ha ido consolidándose progresivamente. Hay un gran interés por conocer la nueva exposición, así  en las tres primeras semanas pasaron por sus instalaciones unas 800 personas. Y tras un relax las visitas han vuelto a relanzarse con la llegada de la temporada alta. De este modo, a mediados de esta semana la Casa del Agua, que gestiona la UTE (unión temporal de empresas) formada por LocisSigtech Soluciones y Vitaevents, había recibido a algo más de 2.200 personas.

Los responsables del equipamiento confirman que el perfil del visitante es el de un turista llegado desde el País Vasco o Madrid -los valencianos y andaluces también son numerosos-, que llega habitualmente en pareja, muchas veces con hijos pequeños. Los contenidos mejor valorados por estas personas que acuden a la Casa del Agua son el molino de agua restaurado situado en el exterior del edificio principal, los apartados que explican el origen de la vida a partir del agua y también un clásico, la maqueta móvil de los pantanos de Tanes y Rioseco, el único contenido de la antigua Casa del Agua que sobrevive en la nueva exposición, que formó parte de la muestra del pabellón de España en la Expo de Zaragoza 2008, cuyo tema principal era el agua. Las instalaciones del museo se dividen en tres partes: el antiguo edificio, que alberga la muestra «El agua en España», además de la maqueta de los pantanos y de su central hidroeléctrica; el nuevo inmueble, en el que está la exposición «El agua en la Tierra»; y la zona exterior, en la que se encuentran varias muestras de etnografía local, como el molino restaurado, un «mazapilas», carros y arados, además de artilugios más modernos, como piezas metálicas utilizadas en centrales hidroeléctricas como la existente en el parque de Redes.