“El fotoperiodismo nos hace ver la realidad que nos rodea, emocionarnos y reflexionar”

Fernando Rodríguez es natural de Pola de Laviana, tiene 60 años y es el presidente de la Asociación Profesional de Fotoperiodistas Asturianos (APFA). Ha charlado con LA CUENCA DEL NALÓN sobre fotoperiodismo.
¿Una imagen sigue valiendo más que mil palabras?
Quizá hoy yo no utilizaría esta expresión. El número de palabras que utilizamos siguen siendo más o menos el mismo, pero en cambio, el número de fotos se ha multiplicado hasta el infinito. Eso conlleva que muchas imágenes sean prescindibles y también que se haya generado mucha “basura fotográfica”. La ventaja de la imagen frente a las palabras es otra, la fotografía es un lenguaje universal que traspasa fronteras idiomáticas con total naturalidad. El lenguaje visual es internacional, cualquiera puede sentir que una buena foto, transmite, comunica.
¿Cuál es ese trabajo que hay detrás de una foto (o un artículo) que, según usted, no siempre se valora?
En estos tiempos en los que todo el mundo lleva su “cámara de fotos” preparada en el bolsillo, la reacción natural cuando te encuentras con algún tema noticiable, es sacar tu móvil y hacer fotos, e inmediatamente, compartirlas en tus redes sociales. Si además conoces a alguien que trabaje en medios de comunicación, pues rápidamente se lo comunicas, porque ser el primero tiene premio. Pero para nuestro trabajo diario necesitamos tener las herramientas preparadas y saber cuáles escoger para que el resultado sea el que el fotógrafo busca y no el que el software del aparato interprete. Luego hay que editar y seleccionar las fotos, datarlas y enviarlas y, por último, archivar el trabajo de una forma segura y eficaz. Tenemos una autoexigencia muy grande, nuestro nombre acompaña nuestras fotos y queremos que esta sea la mejor posible.
Repitiendo una pregunta que se les ha hecho recientemente, para que la respuesta quede clara, ¿está el fotoperiodismo en peligro de extinción o sólo atraviesa tiempos convulsos?
El fotoperiodismo se está adaptando a las nuevas formas de informar y, sobre todo, a los cambios tecnológicos que están sucediendo de una forma tan rápida, que dan un poco de vértigo.
Las (buenas) fotos tienen una fuerza tremenda. Creo que al fotoperiodismo todavía le queda cuerda para seguir haciéndonos ver la realidad del mundo que nos rodea, para emocionarnos o hacernos reflexionar y ser un documento muy importante de cara a la historia.

La Asociación Profesional de Fotoperiodistas Asturianos ha renovado su estructura organizativa, ¿cuál es su “hoja de ruta”?
La nueva directiva está formada por Imanol Rimada, Julián Rus, Irma Collín y yo, con el apoyo de un pequeño grupo de socios y con la inestimable ayuda de la junta saliente, que nos asesora en todas las dudas que van surgiendo. APFA lleva activa desde 2003 y nuestro buque insignia es la exposición MIRAES. Ahora estamos preparando una colaboración dentro de las Jornadas de Fotoperiodismo que tendrán lugar en Gijón en el mes de octubre.
¿Cuál es la esencia de ese buque insignia que es la exposición “Miraes”?
MIRAES es el testimonio de un año de trabajo de los compañeros de APFA y su principal valor es la unión de un montón de fotoperiodistas con sus diversas miradas. Además, es muy interesante poder ver esas imágenes en un museo como el Barjola, y en los diferentes espacios que luego recorre la exposición.
La vicepresidenta de la asociación, Irma Collín, participó hace poco en la Junta General del Principado. Lanzó la pregunta de si queda espacio para el fotoperiodismo de calidad en Asturias. ¿Les han respondido? ¿Qué piensa usted?
La calidad del fotoperiodismo en Asturias yo creo que está sobradamente probada. A ver qué comunidad puede presumir de tener dos premios Pulitzer, Javier Bauluz y Manu Brabo. En esta provincia hay unos profesionales excelentes y además unos grandísimos compañeros. Somos un colectivo muy unido, muy bien avenido y muy comprometido, y esa unión nos da fuerza para conseguir fines que nunca conseguiríamos de forma individual.
Desde el colectivo que preside han dicho que la educación visual es imprescindible, ¿cuáles son sus propuestas a nivel educativo y a nivel de sociedad?
Estamos saturados de imágenes, hay una producción desmesurada y nos atacan por todos los frentes. Necesitamos poder cribar, identificar lo que nos interesa, lo que nos sirve, bien sea a nivel emocional, informativo o puro disfrute. Hay demasiados retoques y filtros. La cuestión es poder identificar lo que estás viendo, saber de dónde viene y con que intención se ha hecho.
¿Qué calidad tiene el patrimonio fotográfico de Asturias, en general; y de la Cuenca del Nalón, en particular?
La conservación del patrimonio fotográfico está en pañales, muchos archivos se perdieron por accidentes, por desidia o por desconocimiento. No hay ninguna entidad que apueste de una forma decidida por conservar, catalogar, archivar y poner a disposición de los interesados ese “tesoro”. En Asturias tenemos el museo del Pueblu de Asturias, que tiene recogida una parte muy importante de la producción fotográfica, entre ellos algunos de los más interesantes de las cuencas, como los de Eladio Begega o Valentín Vega.

¿Qué te negarías a sacar en una foto, aunque lo tengas delante?
Más de una vez me arrepentí de haber sacado una foto, pero cuando estás trabajando, concentrado en lo que tienes que hacer y con la cámara delante de los ojos, que a veces actúa como un escudo, es fácil que se escape el dedo. Nunca una de esas fotos llegó a la redacción del periódico, aunque alguna vez hubo presiones fuertes. En condiciones normales, yo procuro no hacer la foto que no me gustaría que me hicieran a mí, pero en este trabajo, a veces hay que hurgar en la herida.
¿Qué imagen le gustaría fotografiar?
Soy muy poco mitómano, hay muchísima gente a la que admiro y muchos reportajes que seguro disfrutaría haciendo, si se dan las circunstancias, pero no persigo ninguna foto concreta. Me encanta hacer fotografía de teatro.
Imagine un álbum que represente el Nalón. ¿Qué paisajes y personas serían imprescindibles?
Yo soy del río y de Peña Mea, de hecho, pedí para las fotos de esta entrevista acercarnos al río, con intención de sacar también Peña Mea, pero la atmósfera no nos concedió tanto. En cuanto a personajes, en la cuenca tenemos muchos y de muy diverso pelaje: políticos, culturales, artísticos, populares….
Mójese, ¿qué tienen las fotos hechas con cámara reflex que nunca tendrán las hechas con un móvil?
En los años 80 del siglo pasado un grupo de amigos que nos sentíamos atraídos por la fotografía creamos la Asociación Contraluz, cuando tres o cuatro teníamos nuestras primeras cámaras réflex fuimos un día a ver a Valentín Vega, a lucirnos con nuestros equipos. Lo que nos dijo no se nos olvidó a ninguno, se dio unos golpes en la sien con la mano derecha mientras repetía, “La foto se hace con la cabeza”.