También jugamos en Europa

Los europeos están llamados a participar en unas elecciones el próximo 25 de Mayo donde se decidirá el futuro de sectores como la minería o la ganadería

Aseguran los defensores del “efecto mariposa” que “el aleteo de las alas de una mariposa puede provocar un Tsunami al otro lado del mundo». El efecto mariposa en política tiene una correlación tangible y se llama Europa. El parlamento europeo es, para bien o para mal, la institución que rige nuestros destinos en asuntos económicos, energéticos, sectoriales, medioambientales. Casi nada. O mejor dicho, en los tiempos que corren, casi todo. Los pozos mineros que salpican la cuenca del Nalón de arriba abajo miran a Europa, también lo hacen los ganaderos y agricultores del valle. Las decisiones se toman allí y encima para tomarlas hay que poner de acuerdo a 28 países más.

Las elecciones europeas del próximo 25 de mayo son las más modernas de las últimas décadas y, aunque sin llegar a la plenitud, también las más democráticas. ¿Y por qué? Fácil, porque por primera vez el Parlamento que salga de las urnas será el que elija directamente al presidente de la Comisión Europea. Éste, o esta, será el sucesor del portugués conservador José Manuel Durão Barroso que está al frente del gobierno de la UE por elección del Consejo. Este cambio forma parte de las nuevas competencias tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, que afirma que la candidatura presentada por los Veintiocho tendrá que ser respaldada por el Parlamento Europeo porque la Eurocámara «elige» al presidente de la Comisión. Pero no sólo al presidente, ya que los candidatos a las carteras de la Comisión también tendrán que pasar por un proceso de veto parlamentario antes de poder asumir su cargo.

Pero la elección del parlamento que a su vez elija el nombre del presidente no es la única novedad de estos comicios. Más allá de la previsible abstención (que según todo indica puede llegar a récord históricos) también cabe destacar la aparición de formaciones políticas de nuevo cuño que van desde la conservadora Vox en la que militan, entre otros, el eurodiputado del PP Vidal-Quadras hasta la asamblearia Podemos que lidera un mediático (y joven) Pablo Iglesias Turrión.

Las formaciones políticas denominadas “tradicionales” porque al menos es cierto que son más asiduas a estos comicios, se han tomado la campaña a las elecciones europeas como un test previo a la ronda de elecciones que a partir del año que viene se celebrarán en los ayuntamientos y comunidades autónomas de España y, finalmente, la cita electoral de las Generales, en 2016.

Los cinco candidatos de los partidos con representación parlamentaria en Asturias. Arriba, de izquierda a derecha: Arias Cañete (PP) y Elena Valenciano (PSOE). Abajo, en el mismo orden: Willy Meyer (IU), Argimiro Rodríguez (FAC) y Francisco Sosa Wagner (UPyD)

La economía, las políticas sociales, el futuro de sectores como la minería o la agricultura escribirán su futuro con los lápices que tenga el nuevo parlamento europeo. Y de ese nuevo parlamento dependerá si esos lápices tienen carbón asturiano o de exportación. Porque las cuencas mineras asturianas son una de las zona del continente que más miran hacia Bruselas y Estrasburgo cuando de lo que se habla es de energía o industria. Hasta el momento lo único que se sabe es que la minería tal y como la conocemos en la región terminará en el 2018. Los partidos que hasta el momento han gobernado en España solo se ponen de acuerdo para echarse las culpas unos a otros sobre quién ha sido o es el brazo ejecutor del carbón. Elena Valenciano, candidata del PSOE a las elecciones, ha respondido así a la pregunta de un periodista asturiano sobre si será ese año, 2018, cuando se acabe el carbón en Asturias: “El PSOE puede hacer bastantes cosas en Europa y en España. El problema es que gobierna el PP y Rajoy ha decidido abandonar totalmente al sector. En el margen de nuestras posibilidades vamos a defender la minería. Estamos convencidos de que en la política energética europea, que ahora no existe y que es urgente elaborar, hay un espacio para el carbón autóctono”.

Al cierre de esta edición el candidato del Partido Popular a las elecciones europeas, Miguel Arias Cañete, aún no ha visitado Asturias para pronunciarse ante un tema polémico y que sin duda, debido a la encallada negociación en Hunosa, está haciendo sudar en frío a los populares asturianos. La crisis en la hullera pública podría suavizarse en tanto vaya acercándose la cita con las urnas europeas.

Por otro lado hay dos alternativas que ganan fuerza en los sondeos. Se trata de IU e UPyD. El cabeza de lista de Izquierda Unida para las elecciones será Willy Meier. El candidato de la coalición pretende, asegura “poner fin a las políticas que están asolando Europa en servicios públicos y suponen un ataque a los derechos humanos por tierra, mar y aire en territorio europeo”. La lista de Unión Progreso y Democracia se decanta por Francisco Sosa Wagner para que defiende sus intereses en Europa. Una Europa a la que, aseguran desde UPyD, hay que dirigir hacia  “una verdadera unión fiscal, económica y social».

Sea como fuere, en total se han presentado 41 candidaturas a las elecciones del próximo 25 M. Son 41 oportunidades para ejercer el voto sabiendo que lo que se decidirá tras el recuento es una manera de encajar las piezas de una Europa que nos guste, que nos haga sentirnos orgullosos de pertenecer a ella. Y que aletee a nuestro favor.