La Nalona

Yo no sé si ustedes, queridos lectores de esta última página del periódico La Cuenca del Nalón, se dieron cuenta ya, en este octavo mes del Atlas de Geografía Minera, que hemos estando ascendiendo río arriba, por distintas localidades y emplazamientos de los cinco concejos de la comarca del Nalón con el objetivo de “marcar el terreno”, o como diríamos por estos mundos, que tampoco ye plan de ponerse fina ahora: “mexar” y que quede bien claro a qué nos referimos nosotros en concreto cuando hablamos de Geografía Minera. De Langreo a Caso.

Empezamos allá en el mes de noviembre con el edificio, precioso, de Almacenes El Mapa, en Sama, como homenaje a todos los comercios que con sus locales, carteles, servicios y atención nos han hecho la vida mucho más fácil a los ciudadanos. Seguimos subiendo y paramos en un puente, el de Santana, como un guiño sentimental al mi pueblín que ye fin y principio, que ye frontera. Después hablamos del Kiosco de El Entrego y de las Barriadas fijándonos en una de las más grandes, la del Serrallo. Paramos a echar unos bailes, y quien sabe si unos besinos en lo oscuro en la Discoteca Kaos; nos emocionamos al recordar una parte oscura de nuestro pasado que no pretendemos olvidar, la de la Fosa de Tiraña y paseamos por uno de los afluentes que le dan lustre y poesía al Nalón, el Alba.

Subimos ahora hasta lo más alto de la cuenca que es nuestra casa para llegar a Caso, al principio y al fin, a la frontera (ya sabéis mi querencia por estos límites) al Puerto de Tarna. Una carretera con una ascensión tan bella como, a veces tortuosa, aunque ye cierto que estuvo peor, pero que, en plan reivindicación podemos decir, podría estar muchísimo mejor, sobre todo más cuidada y limpia en época de nieves (desde aquí lo dejamos caer).

Y ahí, casi arriba en el puerto, de la que subes a mano derecha hay un pequeño cartel que pasa casi siempre desapercibido y que, sin embargo, puede que sea la indicación más importante de toca la cuenca y que trae: “Fuente La Nalona”.

Debería ser como la Meca. Todos los habitantes de la cuenca del Nalón deberíamos ir, alguna vez en la vida, a esta manantial pequeño y humilde que es el origen del río que nos vertebra y nos explica. Tan pequeño que parece imposible que pueda, después, crear algo tan grande, tan imponente. Tan solo unos kilómetros más abajo de esa fuente está el embalse de Tanes. Un lugar que también pertenece al concejo de Caso y que espera que los políticos y los empresarios de más alto rango se pongan de acuerdo, de una santa vez, para ver si se puede empezar a navegar de una manera sostenible y con un proyecto que permita a Redes desarrollarse como foco de atracción turística. Mientras tanto, y por eso de volver a la fuente que nos da vida cantemos todos juntos: “En la fonte la Nalona/ Hay una xana llorando/ Per que diz que non la quieren/Los rapacinos de Entrialgo”. Aunque a estas alturas todo el mundo sabe que a la Xana de La Nalona la queremos todos.