“Suspender una operación o retrasar una consulta a un paciente es muy doloroso para los profesionales, y genera angustia”

Si hay una fecha que la sociedad recuerda con especial amargura, es sin duda el 14 de marzo de 2020 cuando se toma conciencia de la peligrosidad de la covid-19. Una pandemia que llegó a trastocar el presente y dejar un incierto futuro. Y si hay un sector que se ha visto golpeado en su día a día, ha sido el sanitario. El gerente del área sanitaria VIII, el Nalón, conoce de primera mano estos golpes. Bernabé Fernández es langreano y en febrero de 2020 se hacía cargo de la gestión de un área sanitaria que conocía muy bien, la suya, pero en menos de un mes todo cambiaba.

Bernabé Fernández, gerente del área sanitaria VIII, protagonista de la entrevista de este mes.

– Cumple dos años al frente del área sanitaria del Nalón, en su toma de contacto se encontró con la covid ¿cómo ha marcado eso a su gestión?

– En esa época era responsable de calidad de la Dirección General de Planificación Sanitaria de la Consejería de Salud, tras varios años de trabajo en el área de calidad.  acepte gestionar el área del Nalón que conozco bien ya que soy de la comarca y precisamente en nuestro hospital comencé en 1995 mi vida profesional como facultativo especialista en medicina intensiva. Además asumí la dirección  del Servicio de Urgencias entre 1997 y 2000, y desde 2007 fui secretario del comité de ética para la atención sanitaria del área, lo que me ayudó a conocer bien la atención primaria del área. Buscaba aplicar mis conocimientos a un área sanitaria que conozco pero hubo muy poco tiempo antes de normalidad.

-¿Y llegó la covid?

– La pandemia trastocó todos los planes, no sólo los sanitarios, nos tocó comenzar a aprender algo nuevo. Y sobre todo puso de manifiesto las debilidades del sistema sanitario. Nuestra área sanitaria es una gran área pero de pronto se vio sometida, tanto el sector hospitalario como en los centros de salud, a una tensión nunca vista hasta el momento, pues de repente te das cuenta de las debilidades. Y día a día comenzamos a tener que adaptarnos y me sorprendió esa capacidad que tenemos para adaptarnos no sin una gran carga de sufrimiento por parte de los profesionales sanitarios, que además son personas que tienen sus filias y fobias. La rabia que siente es que, en cada fase, cuando pensábamos que ya lo teníamos aprendido y que las cosas comenzaban a funcionar bien, volvíamos a tener que adaptarnos al algo nuevo, a cambiar protocolos, a actuar de otra manera. Y eso ha sido la tónica para ir adaptándonos lo mejor que podíamos y con los recursos que tenemos. Y de repente nos encontramos en un momento de presunta vuelta a la normalidad y nos azota la sexta ola con una capacidad de contagios que parecía imparable, y de nuevo tuvimos que afrontar una adaptación. Cambió la presión hospitalaria gracias a las vacunas, pero sin embargo las necesidades de la población se vieron trastocadas.

– Llegaron retrasos y cancelaciones

– No podemos obviar que tenemos una población con una sintomatología específica, envejecida con problemas respiratorios importantes, y patalogías graves que reclaman atención en el sistema más inmediato que para ellos es la primaria, centros de salud. Una situación que nos ha llevado a poner en las Urgencias de la atención primaria toda la presión, sumándose a su actividad habitual los numerosos contagios, los casos que finalmente han sido negativos porque los vecinos reclamaban atención sanitaria. En el mes de diciembre en las urgencias de los centros de salud del valle se atendieron a 11.659 el doble que meses atrás. Se han duplicado la atención en los servicios de urgencias, en las últimas semanas parece que se ha ido calmando y comienza a disminuir. Los profesionales sanitarios a pesar de esa presión han sabido dar respuesta, lógicamente con repercusiones que en ocasiones no han sido entendidas por los pacientes. Si hemos tenido que atender a más del doble de personas, los tiempos han aumentado y en ocasiones no los podíamos atender de inmediato. Los médicos de primaria podían tener una presión de 30 ó 40 pacientes al día, pero es que llegaron a asumir a más de 60 pacientes. Nos ha llevado a tener desajustes, demoras, la población tuvo que asumirlo y lo hizo en una situación de cansancio porque llevamos dos años pidiéndoles que tienen que aprender a sufrir, a restringir, a delimitar. Les hemos confinado, les hemos puesto barreras físicas como son las mascarillas, distancia social. ¿Cuánto hace que nos damos un abrazo de verdad, como los de antes?. Demasiado tiempo, tenemos una reticencia que como sociedad nos ha cansado. Les hemos pedido que prescindan de cosas, y encima acuden al médico y los tiempos de atención crecen y tiene también que asumirlos.

Fernández, durante la entrevista.

– Hablamos de población adulta ¿pero los más pequeños?

– A nivel médico la presión pediátrica ha aumentado principalmente a finales del 2021 con una aumento significativo de consultas, uno de los ámbitos con esta última hora es en los colegios. Los datos de finales de enero en el valle del Nalón tendríamos 275 niños covid positivos, con 14 aulas confinadas y eso teniendo en cuenta que el Ministerio ha cambiado el criterio y para confinar un aula tiene que haber cinco niños positivos. Por lo que la presión de esta última ola ha sido significativa también en los servicios de pediatría.

-¿Qué se puede hacer?

– El Servicio de Salud ha articulado una planificación que nos permite poder atender consultas en la atención primaria en horario de tarde, con el objetivo de que los pacientes no tengan que esperar demasiado tiempo para ser atendidos. Ahora mismo hay consultas en el centro de salud de La Felguera, Sama. El Entrego y Laviana. Es una consecuencia de que los profesionales no dan a basto a la hora de atender a la gente que les reclama. Y esa es la realidad actual el gran incremento de la petición de atención que supera el 19% respecto a antes de la covid, tanto en los médicos de primaria como en el servicios de enfermería y pediatría, y por supuesto en las Urgencias.

-¿No sería efectivo contratar más personal?

– El problema al que no enfrentamos es que para contratar más personal hay que tenerlo. No hay profesionales disponibles para poder contratarlos. No es que no queramos contratar, es que desde al menos el 2013, cuando se limitaron las plazas de MIR, nos estamos encontrando con una escasez de profesionales tanto para incorporar al Hospital como a los centros de salud. Forman un médico de familia lleva al menos diez años, y no huno previsión por lo que probablemente hasta 2023 o 2025 no vayamos a disponer de una masa de profesionales suficientes. Además estamos soportando un ritmo de jubilaciones alto, en este área estamos teniendo suerte porque haya facultativos que llagan a la edad de jubilación y están pidiendo prologa. Si tuviésemos profesionales a los que poder contratar lo haríamos, tanto para los centros de salud, como para el servicio de enfermería y para el Hospital Valle del Nalón. 

-¿Qué otros recursos se han visto afectados?

– En general la mayoría , porque la necesitad de atención es elevada. Por ejemplo, en el hospital contamos con las camas que hay, con la llegada de la pandemia hemos tenido que habilitar plantas covid en las que cada paciente ocupa una habitación, y tenemos provisional en la UCI espacio por si el estado de algunos empeora. Para dar la mejor atención a estos pacientes necesitamos retraer los recursos de otras áreas como han sido las cirugías programadas. Es cierto que hemos podido atender todas aquellas que eran graves como roturas de cadera por ejemplo, pero otras muchas que para los pacientes que las sufren y sus familias son graves, si los profesionales entienden que pueden esperar un mes las hemos tenido que aplazar y ello repercute en que las listas de espera vayan engordando. Y ese es otro esfuerzo que le pedimos a la población que asuma, que entienda que su dolencia puede esperar. Les seguimos pidiendo que se adapte a restricciones como aguantar unas semanas más con su hernia, con una consulta al especialista. Como profesionales está siendo muy duro. Suspender una operación o retrasar una consulta a un paciente es muy doloroso para los profesionales, y genera angustia. Su razón de ser es la atención, nos gustaría llegar a todos los pacientes y atenderlos en tiempo y forma.

Bernabé Fernández en un momento de la entrevista.

– Se suman retrasos y con ellos llegan las quejas

– Es una consecuencia lógica, si el paciente entiende que se le debía haber atendido y no hemos podido hacerlo, se queja. Yo procuro contestar a todas las que me llegan por escrito, me genera mucho dolor tener que contestar a los que me reclaman que les hemos retraso una consulta, o que no llega la fecha de su operación que ahora mismo no es posible y que en breve les llamaremos. Es un tema que me genera mucha ansiedad, porque esa no es la razón de ser del Servicios de Salud tenemos que dar una atención y un servicio al ciudadano adecuado, pero insisto tenemos una situación de emergencia sanitaria que ya dura dos años, y que nos llegó por sorpresa sin estar planificada.

-¿Cómo se planifica un área sanitaria con la covid?

– La dinámica de planificación ahora mismo está dinamitada. La idea era planificar los dos primeros años, que ahora cumplimos, y después ir evaluando y tomar decisiones. Se trabajaba con una planificación semanal, pero con la pandemia es imposible. Ahora debemos hacerla día a día y en muchos hay sorpresas y todo se desmorona. De lo que hemos planificado por ejemplo a la hora de las operaciones para un día, primero tenemos que ver con qué camas contamos porque si ha habido ingresos covid, igual no tenemos una cama para instalar al paciente tras la operación. Y tenemos que decidir las operaciones más importantes, y son decisiones duras porque hay gente a la que debemos decir que espere y ellos son los que tienen la dolencia y tiene que asumir la demora e igual tiene su vida planificada para ese día y para su recuperación y llegamos nosotros y no podemos operarle.

-¿Vemos la luz de la normalidad?

– Yo espero que con la vacunación todo vaya estabilizándose, en nuestra área sanitaria está siendo muy alto incluso la de los menores. No sé si va a evolucionar hacia una endemia como la gripe y como sociedad nos tendremos que adaptar a convivir con este germen y así poder ir normalizando y adaptando el sistema de salud a la covid, pero nos vamos a encontrar con un volumen de personas en las diferentes listas de espera que tenemos que afrontar y atender en el menor tiempo. No podremos seguir haciendo las cosas como antes, aumentar nuestra capacidad de planificar porque los cirujanos y los doctores están dispuestos a trabajar. Sólo podemos pedir a la población un sacrificio más, que espere.