Alejandro el practicante y amigo

Decenas de vecinos y autoridades municipales y sanitarias quisieron acompañar a la familia de Alejandro Canga Castaño, que fue practicante en el consultorio de Rioseco durante veinticinco años, en la colocación de una placa en su recuerdo en el renovado centro de salud. Fue un acto sencillo, pero cargado de emotividad.

‘Alejandro, el practicante’ como se le conocía en el concejo, ejerció en numerosas ocasiones de improvisado partero y a muchos de los presentes, como al propio alcalde coyán, Marcelino Martínez, les ayudó a nacer. «Los enfermos eran para él esenciales. Era un profesional dedicado a su trabajo, con una gran vocación, como la mayoría de nuestros sanitarios», recordaba su mujer, Maximina Armayor, mientras miraba de reojo la placa a la entrada del ambulatorio que rememora los años de trabajo que su marido dedicó a cuidar de la salud de los coyanes. «Toda la familia estamos muy agradecidos a los vecinos. Verlo con mis 86 años es muy emocionante». Armayor quiso tener en recuerdo para todos los sanitarios: «Este homenaje es también para todos los que nos cuidaron en esta pandemia y que siguen luchando».

Placa en recuerdo a Alejandro Canga en el consultorio médico de Rioseco.

‘Alejandro, el practicante’ comenzó a ejercer en Rioseco, donde estuvo veinticinco años. Debido a las pocas cartillas, cuando salió la plaza de Luanco, se trasladó junto a su familia. «Allí había muchas más cartillas y así podía cobrar un poco más», recordaba su esposa que, aunque pasa muchas temporadas en su casa de Soto de Agues, tiene el domicilio en la villa gozoniega.

El cariño de sus vecinos se materializaba en las palabras de su regidor, Marcelino Martínez: «Era un reconocimiento muy pedido por los vecinos. No sólo era el practicante, era un hombre muy servicial. Era uno más de la familia en cada casa coyana. Por aquí pasaron grandes sanitarios; es un reconocimiento a todos».