Todos al ‘cole’, pero separados

Septiembre acogió una tardía vuelta al colegio, la más fría y rígida por las restricciones que impone el coronavirus. La pandemia ha prohibido los abrazos entre compañeros, el reencuentro más esperado tras las largas vacaciones escolares. Ha obligado a los niños, con ayuda de padres y profesores, a interiorizar la nueva situación y respetar la distancia de seguridad, llevar mascarilla  y lavarse las manos de forma continua. Los patios se han reconvertido, de aquellos espacios donde antes se jugaba libremente, en los que los niños de distintas clases y edades compartían sus ratos libres, a lugares donde coinciden, sin poder juntarse, grupos prácticamente estancos.

Ilusión y algún despiste a la hora de entrar en las clases siguiendo las marcas fue la tónica general en los centros educativos del valle del Nalón en Infantil y Primaria, los primeros en comenzar este atípico curso. Los padres pusieron su confianza en los distintos equipos docentes que durante semanas estuvieron preparando los espacios para cumplir con todas las restricciones sanitarias. Conscientes de que el riesgo cero no existe y tomadas todas las medidas de seguridad, se apunta que es posible que a lo largo del curso podamos encontrarnos con algún positivo, pero estamos preparados. El colegio es seguro, pero el riesgo cero no existe. La afluencia superó el 90% del alumnado. Una semana después le tocó el turno a los Institutos de Enseñanza Secundario, salvo en el concejo de Laviana donde sólo se incorporaron los alumnos de otros concejos y los menores de 13 años (es decir, primero de la ESO) el resto de cursos lo hizo tres días después.

Cabe recordar que la consejería de Educación ha manifestado que los colegios permanecerán abiertos hasta que, en caso de brote de coronavirus, empiece a producirse una transmisión descontrolada. El cierre de las primeras aulas en esta comarca minera no se hizo esperar, se dieron en San Martín del Rey Aurelio en dos aulas de sus escuelas infantiles, se controlaron sin mayor problema.