Mancomunidad ¿crónica de una muerte anunciada?

IU y Somos abandonan el pleno de la Mancomunidad del Valle del Nalón en el que Tomás Cueria asumió la presidencia
Ediles de IU y Somos abandonando el pleno de la Mancomunidad

Siete meses han pasado desde las elecciones municipales que dieron un giro político con la introducción de nuevos partidos en el panorama local y siete han sido los meses que ha tardado en constituirse de nuevo el pleno de la mancomunidad. Constituido eso sí, a pesar de las discrepancias que se produjeron durante la celebración del pleno que se manifestaron de una manera muy contundente y que podrían poner en jaque a una institución que desde su creación ha sido objeto de críticas.

No hubo sorpresas en lo relativo a la presidencia de la mancomunidad, Tomás Cueria, alcalde socialista del concejo de Caso, estará acompañado de la portavoz socialista en Langreo, María Fernández, como vicepresidenta. En esto la representación de los partidos garantizaba matemáticamente la presidencia al Partido Socialista, que contaba con once representantes. En este sentido la elección, en cierto modo, viene a sosegar la incertidumbre generada en estos meses en lo que todavía no se había decidido la dirección de la mancomunidad, algo que sin duda ha tranquilizado a los cerca de cuarenta trabajadores que este organismo tiene en el valle del Nalón.

No obstante, la elección ha sido de lo más tensa y las dificultades económicas por las que se está atravesando así como “la falta de un auténtico compromiso” que denuncian algunos de sus representantes políticos ha teñido con halo de oscuridad una investidura que para nada ha sido tranquilla.

Tomás Cueria, alcalde de Caso, tomando posesión del cargo de Presidente de la Mancomunidad Valle del Nalón

El capítulo económico ha sido el que ha generado mayor controversia a lo largo de la andadura de la mancomunidad. En buena medida, los problemas que atraviesan el ente supramunicipal vienen derivados de las deudas que muchos de los ayuntamientos de la comarca minera tienen o han tenido al no estar al corriente de sus pagos anuales. A estos incumplimientos se les suma ahora la decisión que ha tomado el concejo de Langreo, dirigido por Somos e IU, para conocer en que se gasta o emplea la aportación anual que hace su municipio, unos 600.000 euros, a la mancomunidad. Langreo quiere conocer con esta medida la eficiencia de los servicios y las prestaciones que obtiene cada vecino así como el coste que supone para las arcas municipales y no descarta, en función de estos resultados, ninguna medida.

Las cosas no pintan bien y la incertidumbre sobrevuela el futuro de la mancomunidad. En el caso de que Langreo abandonara o redujera unilateralmente la aportación a la mancomunidad esto supondría, en palabras del propio PSOE, “la disolución del organismo”. Por eso los socialistas aseguran que el alcalde de Langreo debe “ser claro y valiente si quiere abandonar la mancomunidad” y puntualizan que “la disolución del ente supramunicipal conllevaría poner en peligro los servicios que se prestan actualmente a los vecinos de la comarca como el conservatorio de música, el colegio de educación especial Juan Luis Iglesias Prada o el matadero comarcal”. Además, afirman “se pondría en peligro los puestos de trabajo”.

Langreo es, a día de hoy, el municipio que más aporta a las arcas de la mancomunidad. Y parte de este desencuentro ya se pudo ver durante la investidura del presidente, cuando la formación de IU y de Somos –que gobiernan con mayoría absoluta en el concejo cabecera del Valle- abandonaron el pleno constitutivo de la mancomunidad en protesta por el incumplimiento de sus objetivos.

Tras prometer cargo los 25 ediles que constituyen el pleno de la mancomunidad (11 del PSOE, 6 de IU, 4 de Somos, 3 PP y 1 de Ciudadanos) y llegada la hora de proponer al presidente la edil de IU de Laviana, Leticia Gil, ejerciendo de portavoz de su formación y de Somos, anunció por sorpresa que ambas formaciones no iban a participar en la elección del nuevo presidente y que, en este sentido, su participación quedaba en el aire para sucesivas reuniones y comisiones en función de su desarrollo.

Entre las causas que alegó para abandonar el pleno figuraron los “incumplimientos de un organismo que lleva treinta años sin avanzar y la falta de transparencia y participación”. En este sentido, Gil destacó que la coalición de izquierdas “apostó desde un primer momento por la mancomunidad como una entidad para vertebrar el valle y hacer valer esta comarca”. Sin embargo, la concejala señaló también que “desde hace treinta años no se ha cumplido su función, ni siquiera sus estatutos” y anunció que abandonarían el pleno para no votar al presidente a la vez que “tomaremos las decisiones pertinentes en los siguientes plenos y comisiones. Hecho que no es para nada baladí, ya que las dos formaciones tienen diez representantes dentro de la mancomunidad.

El descontento se anunciaba con una mesa de edad ya constituida por el alcalde de Langreo, Jesús Sánchez y por su teniente alcalde en el municipio, Luis Baragaño, como miembros de mayor y menor edad respectivamente. Por lo que tras la salida del pleno de los representantes de Izquierda Unida y Somos se tuvo que proceder a la creación de una nueva mesa, formada en este caso por Alfonso Orviz, del Partido Popular y Nerea Forcelledo de Ciudadanos. Orviz no quiso dejar pasar el momento y recalcó que su partido “sigue pensando que la mancomunidad es necesaria” mientras que Forcelledo pidió “que la entidad mejore sus servicios”. Tomas Cueria no obtuvo el respaldo suficiente en la primera votación para salir elegido presidente y tuvo que esperar a una segunda en la que obtuvo mayoría simple con el respaldo de su partido y la abstención del PP y de Ciudadanos.