El Sanatorio Adaro entra en la nómina de premiados por la Fundación Emilio Barbón

“Por su evolución a lo largo de la historia y el gran servicio que presta a la comunidad en la actualidad, como fundación asistencial sin ánimo de lucro, dando respuesta a las nuevas necesidades sociales del presente siglo». Con estas palabras la Fundación Emilio Barbón presentó a su nuevo premiado, el que hace el número once: El Sanatorio Adaro. Un total de 13 candidaturas optaron al galardón lavianés este año. La presidenta del jurado, Rosa Roces explicó que la candidatura del Adaro la propusieron, de forma conjunta, «los cinco alcaldes del valle del Nalón». Roces explicó que el Adaro nació como «una idea social puesta en marcha por una empresa hoy en día también es necesario, necesitamos compromiso y solidaridad». La reunión del jurado del XI premio de la Fundación Emilio Barbón se celebró en el salón de plenos del ayuntamiento de Laviana.

Exposición sobre el Sanatorio Adaro en el CIDAN

El jurado estuvo compuesto por el presidente de Proyecto Hombre, Luis Manuel Flórez, el profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo Manuel Hernández, además de Rosa Roces. Por parte del patronato de la Fundación Barbón estuvieron José Manuel Pérez, «Pericles», José Álvarez Iglesias y Begoña Barbón. Otro de los puntos a favor de la candidatura del Adaro que tuvo en cuenta el jurado es que, a lo largo de sus 100 años de historia, se ha sabido adaptar al cambio de los tiempos. Lo que surgió como hospital para los mineros acabó siendo un referente internacional en el campo de la recuperación de lesiones, gracias al doctor Vicente Vallina, entre los años 50 y 70. Actualmente, el edificio, uno los más emblemáticos de Sama, lo gestiona una fundación, y sirve de complemento al sistema sanitario y social asturiano, con plazas de geriatría, de larga estancia hospitalaria, para pruebas y operaciones oftalmológicas… «Se ha sabido adaptar a la demanda de la sociedad», concluyeron los miembros del jurado. El sanatorio Adaro coge el relevo de la Unidad Terapéutica y Educativa (UTE) de la prisión de Villabona, que recibió el galardón de 2013.