Sobrescobio quiere ampliar el uso de los hórreos

Un hórreo y una panera en Villamorey.
Un hórreo y una panera en Villamorey.

Escribía un trabajador andaluz en Asturias allá por los años 40 que vivía “en una casa sobre el cielo con un piso de madera que nunca toca la superficie”. Hablaba de un hórreo, una construcción que su madre ni siquiera llegaba a entender. Ahora, el consistorio coyán se une a la petición efectuada por los vecinos de la zona y secundada por otros consistorios como el de Carreño e insta al Principado a cambiar el uso actual de éstas construcciones que, a día de hoy, sólo se pueden utilizar como graneros y almacenes.

El regidor de Sobrescobio, Marcelino Martínez, reclamó en diciembre al viceconsejero de cultura, Vicente Domínguez que “se amplíe el uso de estos sin tener que suponer para ello una merma en su conservación”.  Martínez esgrimió como argumento los cambios que se han producido en los usos y costumbres del campo. “Ya no hay mucho maíz, las patatas no se meten en el hórreo, y sus propietarios pagan un IBI por no poder utilizarlos”. Con todo ello, Martínez no quiso especificar los usos que se podrían dar a estas construcciones aunque tampoco descartó que pudieran ser utilizadas como residencias, apartamentos rurales o pequeños salones de reuniones.

Los coyanes se unen así a la reivindicación iniciada por la Asociación de Amigos de los Hórreos y Paneras, apoyados por el consistorio de Carreño, que lleva trabajando tres años para que desde Patrimonio se inicie la elaboración de un reglamento nuevo en el uso de estas edificaciones.