Barbón y el cubo de Rubik

Asturias necesita un presidente, los ciudadanos, de forma mayoritaria, han refrendado en las urnas que el socialista Adrian Barbón ejerza ese cargo. No parecen muchas las complicaciones, aunque ese caminar pausado y meditado hacia la presidencia se ha visto salpicado por las exigencias de algunas formaciones políticas, que buscan un acercamiento a los socialistas que no fructifica. Todo parece indicar que Barbón está diseñando un gobierno abocado a pactos puntuales, una especie de cubo de Rubik que irá conformando dependiendo del momento político.

Esa posibilidad de pactos puntuales parece no agradar a la oposición, así desde el seno de Podemos se comienza a asimilar que no son el socio preferente del PSOE que las mayorías parlamentarias surgidas tras el  26-M podrían hacer pensar. Y se ha materializado en el reparto de los puestos de la Mesa de la Junta General, de la que el partido morado se ha quedado fuera

Ciudadanos no logró acercarse y ahora se distancia. Una radicalización que se produjo tras marcha de Juan Vázquez, cabeza de cartel en las elecciones autonómicas de la formación naranja. Con el ex rector de la Universidad de Oviedo, más cercano al pacto con Barbón, fuera de juego la formación ha reconducido su discurso en Asturias para alinearlo con el mensaje de Albert Rivera a nivel nacional. Mientras Partido Popular, Izquierda Unida, Foro y Vox se van asentando en la oposición, y algunos más preocupados por tener grupo propio que por el futuro gobierno.

Con las yemas de los dedos tocando la investidura, Barbón ha recibido, desde sus propias filas, un aviso cuanto menos inquietante. El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ha advertido al futuro jefe del Ejecutivo asturiano, que «tiene el listón alto» que le deja «un socialista distinto» como Javier Fernández, que ahora se retira de la política tras siete años al frente del Principado.