Borja Sánchez García: “La constancia me ha ayudad para cumplir mi sueño de ser un investigador”

Borja Sánchez Garcia. Es un joven que nació en Serrallo, San Martín del rey Aurelio aunque en la actualidad reside en Laviana. Licenciado en biología. Doctor por la Universidad de Oviedo y en la actualidad Científico Titular en IPLA-CSIC. Una de las grandes promesas internacionales

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– Su curriculum sorprende tanto por su juventud como por la materia en mal que desarrolla su tabaco habitualmente el mundo de las bacterias ¿Cómo llega un ‘guaje’ de las cuencas a ser uno de los principales referentes de la investigación científica española, y casi casi desde casa?

– Pues se llega usando el medio de transporte que te lleva a todos los lugares en la vida, que es la constancia. En mi caso, ya en el instituto tenía claro que quería dedicarme a la investigación. En la Universidad de Oviedo compaginé mis estudios colaborando en el laboratorio de Fisiología Vegetal, y en cuarto curso conseguí una beca de colaboración. Una vez finalizados mis estudios, realicé prácticas de licenciatura en el Instituto de Productos Lácteos de Asturias, un centro del CSIC que está en Villaviciosa. Para mí supuso cambiar de investigar con plantas a investigar con las bacterias de los productos lácteos, pero me enganchó… y ahí sigo. Sin ir más lejos, en estos 12 años que llevo en investigación he estado casi 5 en laboratorios extranjeros, así que ahora se agradece estar cerquita de casa.

– Tu apuesta por Asturias es innegable, estas demostrando que desde aquí se puede luchar pero ¿ves posible que tu futuro prometedor tenga que continuar forjándose fuera de nuestras fronteras?

– Lo que pasa es que aunque uno esté cerca de casa, hay que viajar mucho para mantener contactos y colaboraciones tanto a nivel nacional como internacional. Ojo, siempre se puede optar por la opción cómoda y quedarse en casa, pero si se quiere progresar no queda otra. Por otro lado está bien porque se conoce gente muy variopinta, con otras visiones de la ciencia y, sobre todo, otros sistemas de I+D+I como el anglosajón. Por otro lado, es lamentable lo difícil que nos lo ponen a los y las científicas que nos empeñamos en no irnos ya no de Asturias, sino de España. Desde 2008 la bajada en la inversión en I+D+I, así como la ausencia de plazas han obligado a una de las generaciones de científicos mejor formadas a irse al extranjero. Esto implica que la inversión hecha por todos se va a producir para otros países. Y lo peor es que, mire uno a donde mire en el espectro político, parece ser que la ciencia importa bastante poco si no se trata de llevar productos al mercado. Eso está bien, pero la ciencia no sólo va de buscar soluciones tecnológicas, va de descubrir cosas, al menos es mi opinión.

– La investigación en materia médica es fundamental apea poder avanzar. Hay enfermedades y patologías que antes parecían imposibles de curar o tratar y poco a poco se han ido minando y buscando soluciones. ¿Por qué el cáncer parece que es, de esas, que se resisten a los científicos?

– El problema del cáncer es que no es una enfermedad única, sino que cada tipo de cáncer es una enfermedad en sí. Existen tipos de cáncer en los que la prevención y la cirugía a tiempo es crucial, como el de mama o el de próstata, y lo mismo para el cáncer colo-rectal. En palabras del Doctor Mariano Barbacid, al que tuve la suerte de escuchar la semana pasada durante la entrega de los premios de la Asociación Española Contra el Cáncer, uno de los principales retos para el futuro es aumentar la supervivencia para el cáncer de páncreas, que es de los más letales que existen hoy en día. Por suerte, Asturias está muy bien posicionada en el campo de la investigación en Cáncer, con investigadores que son referencia internacional como los Doctores Carlos López Otín o Mario Fernández Fraga. Con más investigación se logrará sin duda acabar venciendo a esta enfermedad, pero ojo, no creo que vayamos a conseguir ser inmortales.

– Sus investigaciones en el campo del cáncer, han sido reconocidasrecientemente,  con el premio singular de la Fundación Científic de la Asociación Española contra el Cáncer. ¿En qué consistía?

– Una de mis líneas de investigación trata de esclarecer los mecanismos por los que la microbiota intestinal (o flora intestinal) actúa como agente inmunomodulador, es decir dirigiendo de alguna forma la función de nuestro sistema inmunológico. Resulta que ciertas bacterias están asociadas al riesgo de aparición de cáncer colo-rectal a partir de pólipos que, en principio, son lesiones pre-carcinogénicas. Esto lo provocan a través de la producción de sustancias carcinogénicas, que actúan directamente sobre el ADN de nuestras células intestinales. Mi estudio lo que trata es de desarrollar un anticuerpo para poder detectar la presencia de esta bacteria en nuestro intestino a tiempo, a partir de una simple muestra de heces. Con esta misma aproximación, con el debido desarrollo, podría eliminarse esa bacteria de nuestra microbiota intestinal de forma dirigida.

– Los problemas de intestino se han convertido en los últimos años en un quebradero de cabeza para muchas personas ¿cuál es el problema o la enfermedad más frecuente y que están haciendo para atajarla?

– De entre todas las enfermedades para las que se ha visto una implicación de la microbiota intestinal quizás las más relevantes sean por un lado la obesidad y el síndrome metabólico, y por otro las enfermedades inflamatorias intestinales, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa. Estas últimas enfermedades son particularmente enigmáticas, ya que nuestro sistema inmunológico ataca a nuestra microbiota intestinal. Lo que estamos haciendo entre el IPLA y el HUCA para conocer este proceso de respuesta inmune anómala es doble. Por un lado, tratamos de identificar compuestos producidos por nuestras bacterias intestinales con carácter anti-inflamatorio, principalmente compuestos de la superficie bacteriana o secretados. Por otro lado, en 2017 vamos a comenzar un proyecto en el que trataremos de modificar microbiotas intestinales para eliminar aquellas bacterias que aparecen asociadas en los pacientes con enfermedad de Crohn, y enriquecerlas en las bacterias que desaparecen.

Borja Sánchez, en un momento de la entrevista
Borja Sánchez, en un momento de la entrevista

– Ha investigado la lucha contra el cáncer de colón a través de la propia flora intestinal de los individuos y de la actuación de bacterias y microorganismos presentes en el cuerpo humano. Podía explicarnos un poco su trabajo (de una manera sencillina, que puedan entender los lectores y también nosotras, que no es un tema que controlemos).

– En este campo lo que hemos hecho es fraccionar bacterias de los alimentos en sus distintos componentes y analizar su efecto in vitro sobre modelos celulares de cáncer de colon. Lo que se ve, de manera resumida, es que cuando añades la fracción A o la B la línea celular deja de multiplicarse, indicando que es tóxico para la célula y, por tanto, potencialmente anticancerígeno. Por otro lado, llevamos a cabo un trabajo eminentemente bioinformático cruzando bases de datos de distintas organizaciones, para tratar de identificar moléculas y bacterias intestinales que sean potencialmente útiles frente a los modelos de cáncer colo-rectal descritos anteriormente.

– ¿Qué conclusiones se extraen del estudio de las bacterias y microorganismos que habitan nuestro cuerpo que sean prioritarias para la búsqueda de soluciones a determinadas enfermedades como puedan ser el cáncer de colón o que puedan incluso servir a otras patologías como el colón irritable o enfermedad de Crohn?

-Se extrae una conclusión muy importante. Se necesita tener una microbiota intestinal equilibrada para que la función de nuestro sistema inmunológico sea adecuada. Cualquier desviación de la microbiota respecto a esta situación, digamos de equilibrio, se encuentra asociada a distintas patologías. En el futuro, veremos que los trasplantes de microbiota o de bacterias seleccionadas se usarán como agente terapéutico o co-adyuvante en múltiples enfermedades, no sólo intestinales.

Por ejemplo, admitimos que muchos animales puedan comer excrementos en busca de nutrientes vitales. Pero a los humanos nos cuenta entender que los excrementos pueden actuar en nuestro beneficio.

Usted está avanzando en la técnica de trasplante de macrobiótica fecal, es decir transferir de manera controlada heces de una persona sana a otra para atajar problemas de salud ¿En que momento estamos en el desarrollo de este transplante y en que consiste?.

– Hoy por hoy, el trasplante de microbiota intestinal se utiliza con más de un 90% de eficacia en el tratamiento de la diarrea asociada a una bacteria llamada Clostridium difficile. En pocos días tras el trasplante se logra la eliminación del patógeno, cosa que no se consigue con tratamientos prolongados con antibióticos.

Actualmente, el procedimiento para el trasplante se lleva a cabo por colonoscopia. Nosotros lo que hemos hecho es separar las bacterias del resto de componentes de las heces, lo que permite concentrar y caracterizar mejor esas bacterias, así como modificar las proporciones relativas de las mismas (una persona puede tener hasta 500 especies de bacterias distintas). El futuro estará en realizar el trasplante de forma oral, e incluso en extraer nuestra propia microbiota antes de un tratamiento antibiótico prolongado para poder restaurarla al finalizar el mismo. En datos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, existen al año 136.000 casos de diarrea asociada a tratamientos antibióticos (quién no ha sufrido alguna) con ingreso hospitalario. De ellos, 7600 desarrollan diarrea asociada a Clostridium difficile, que es una bacteria propia de ambientes hospitalarios. Y de ellos, el 30% mueren por las complicaciones que acarrea la enfermedad.

Si avanzamos en el conocimiento de cómo interaccionan las distintas bacterias con nuestro sistema inmunológico, seremos capaces de revertir o al menos de atenuar los síntomas de muchas enfermedades.

– Todas estas investigaciones con microorganismos, bacterias etc… ¿en que se reflejan a la hora de que beneficien a los enfermos o en materia de prevención?

– Principalmente en mejores probióticos en el mercado por parte de las empresas con las que colaboramos, así como en un conocimiento de las bacterias intestinales asociadas a las distintas enfermedades. En el campo de los ingredientes funcionales basados en la microbiota hay aún mucho camino por recorrer, sobre todo a nivel de estudios clínicos y de regulación, pero eso se nos escapa de la mano a los científicos ya que es un tema más bien de desarrollo e inversión empresarial. En un futuro próximo, veremos sobre todo sistemas de detección precoz de bacterias potencialmente nocivas, como en el caso del cáncer colo-rectal, y también sistemas optimizados de trasplante de microbiota intestinal. Por último, y en materia de prevención, hemos creado la primera empresa de base tecnológica con capacidad de caracterizar mediante métodos genéticos la microbiota intestinal, así como de compararla con los perfiles observados en distintas enfermedades. Es una empresa 100% asturiana y se llama Microviable Therapeutics, nombre enfocado a captar mercado internacional.

– Hablemos de un tema menos apasionante pero necesario, el dinero A menudo se comenta el escaso presupuesto que hay en España para la investigación. ¿Cómo ha vivido está situación? ¿Ha mejorado? Sabemos que ha estado en otros países, ¿Cómo es la investigación en Asturias comparada con otros lugares?

– Como apuntaba anteriormente, la clase política es directamente responsable de la situación actual. Desde 2008 todos los indicadores científicos en materia de inversión y de estabilización de recursos humanos no han hecho más que retroceder, y Asturias se ha visto especialmente perjudicada. O hay un giro radical en las prioridades políticas o esto no parece que vaya a cambiar ni en el corto ni en el medio plazo, ya que parece ser que la ciencia importa poco, y sin ciencia no hay futuro.  Probablemente, y como decía la doctora Margarita Salas, parte de la culpa sea de que hay pocos científicos y científicas en política

Yo he tenido la grandísima suerte de aprobar una oposición al CSIC, pero la suerte hay que ir a buscarla y las oportunidades se cuentan con los dedos de las manos. En Asturias tenemos muy buenos investigadores y muy buen potencial. En mi opinión es muy importante curtirse en otros países, adquirir independencia científica, saber de lo que va esto ya que un científico también es gestor, contable, comercial… y que nuestro trabajo está en continua crítica por nuestros colegas. Claro, de nada sirve el potencial si no ofrecemos oportunidades para que la gente retorne, bien sea a la Universidad, al CSIC, al Oceanográfico, a los centros tecnológicos, a las empresas etc. Así lo que conseguimos es que este potencial será aprovechado por entidades de otros países.

Pero sin duda lo que distingue la situación en Asturias respecto a otros países en el campo de la investigación en alimentación y salud, es la falta de implicación de empresas bien situadas en el plano nacional y bien conocidas. Les animo a que busquen por internet los centros de investigación de Nestlè, de Danone, de Christian Hansen, o de la filial de DuPont llamada Danisco… y que comparen. Eso mismo podría tenerse en Asturias, pero para eso hay que querer, y no me queda muy claro que ni nuestros/as dirigentes ni nuestros/as empresarios/as quieran.