El tren minero se deja sentir en el Samuño

El Valle del Samuño vuelve a mostrar su mejor cara en el mes de marzo. El verde desbordante, con su correspondiente flora y fauna, está aguardando que vuelva a sonar ese eco seco, que acompaña a la percusión del tren minero, circulando por sus vías.

El próximo 19 de marzo el Ecomuseo Minero del Samuño reabrirá sus puertas con nuevas actividades. A las ya conocidas Jornadas del Vapor en colaboración con el Museo del Ferrocarril de Gijón, que desde su comienzo han atraído a multitud de visitantes, se les aúnan nuevas iniciativas como las realizadas en colaboración con la asociación cultural Ochobre o un taller de bateo de oro que se realizará en colaboración con el Museo de Oro de Navelgas. Téngalo ustedes claro, el carbón da dinerito… pero por “extraños” motivos el oro también nos parece la mar de interesante.

Centro de recepción de visitantes en El Cadaviu.

No obstante se anuncian más “sorpresas” que se irán incorporando en la propia página web www.ecomuseominero.es según se vayan dando a conocer las fechas de confección del calendario. El Ecomuseo ampliara en etaa mpliar. r las fechas, via estaciuevas actividades entre las que se incluye un taller de bateo de oreomer piso el socavá en esta nueva temporada sus horarios abriendo desde el jueves hasta el domingo, ambos inclusive. El jueves y el viernes se dedicará a las visitas en grupo, mientras que los sábados y domingos se dedicarán al público en general. Los meses de julio y agosto, coincidiendo con la temporada alta de turismo en el Nalón, el enclave permanecerá abierto todos los días de la semana. Pero además, este año, el museo prolongará su apertura a los fines de semana del mes de noviembre y permanecerá abierto también durante la semana de Santa Bárbara, coincidiendo con el puente de la Constitución. El objetivo es superar las 30.000 visitas de media que se vienen dando desde su apertura y que avalan, como no podía ser de otra manera, el enorme éxito de un museo muy deseado por los langreanos.

Máquina a vapor de Ecomuseo

El tren minero partirá del Cadaviu, donde se ubica el centro de recepción de visitantes que emula la antigua estación de Samuño ya desaparecida. Así, comenzará a transitar lentamente por sus vías hasta entrar en la galería que conecta con el Pozu San Luis. Los visitantes circularán por las entrañas de la tierra, olerán la humedad que impregna las antiguas galerías, observarán hilillos de agua que se filtran a través de la paredes buscando la salida a la superficie. Acompasarán sus ojos a la semioscuridad y su cuerpo al traqueteo del tren minero hasta llegar al interior de la mina donde tendrá lugar la visita guiada. ¡Comienza la aventura!

Tras llamar a la jaula y subir a la superficie, los visitantes disfrutarán de una explicación del guía en la propia explanada del complejo minero. Posteriormente pasarán a conocer la sala de máquinas, no sin antes apreciar el majestuoso edificio con tintes modernistas que la alberga y que está considerado como uno de los máximos exponentes de la arquitectura industrial asturiana. Ya en su interior, el visitante podrá ver los compresores destinados a la producción del aire comprimido así como la máquina de extracción, cuyo valor radica no sólo en su antigüedad sino también en su buen estado de conservación.

Un grupo de visitantes en las inmediaciones del Pozo San Luis

La lampistería y la casa de aseos serán una visita obligada para conocer los entresijos de la vida en la mina. Un pozo que fue el primero en incorporar calefacción y agua caliente, y que abría sus puertas en domingo para que los niños pudieran asearse con unas condiciones que pocos afortunados tenían en la época. En esta casa de aseos también se fraguaban amistades, se hacían “hermanos” de por vida y se mascaba el descontento que generaban las duras condiciones de trabajo. En la zona de los vestuarios se puede observar la ropa de los mineros colgada mediante poleas que se izaban al finalizar la jornada con el fin de que al día siguiente estuviera ya presta para el trabajo y seca, que no limpia, gracias a la calefacción del propio edificio.

Además, el visitante podrá conocer de primera mano aspectos tan variopintos como la clara diferenciación de clases sociales dentro de la propia mina. De hecho, uno de los enclaves que más llama la atención a los visitantes que acuden al Pozu San Luis es la presencia de unas escaleras que dan acceso a la “pagaduría”. Tras ascenderlas, pero sin entrar propiamente en el edificio, los mineros acudían a recoger su jornal que les era entregado a través de una ventanilla semanalmente.  Eran unos tiempos donde la jerarquía social imperaba presente en espacios claramente diferenciados que dividían a “los mineros

Las dependencias del botiquín, que dan una idea bastante acertada de cómo se trataban los casos más comunes de accidentes también son una visita imprescindible en el recorrido así como la exposición de locomotoras y la carpintería.  El socavón Isabel, que conserva el muro de mampostería original sobre el que se apoya el arco marca el final de la visita al Ecomuseo. Este socavón era el segundo piso de las minas de montaña de Carbones de La Nueva y las empresas precedentes, siendo el primer piso el socavón Emilia que, con la construcción del pozo vertical, pasó a ser la primera planta del Pozu San Luis, por donde circula el tren minero. Y llegado a este punto, que mejor lugar donde ir a tomar un tentempié o un refrigerio que el propio bar que se encuentra dentro del Museo.