“La minería y el imaginario de los movimientos sociales son imágenes muy potentes para plasmar en la ropa”
Oliver Iglesias Palacios, es un joven diseñador langreano que ha sabido aunar lo mejor de dos mundos, a priori, contrapuestos. Las referencias mineras y sindicales, con un cierto aire punki, son parte de la inspiración e imaginario de su marca: 93 Sierra/Crosses. Un juego de palabras con el que el diseñador viruso deja claro cuáles son sus orígenes. Noventa y tres, por su fecha de nacimiento; Sierra, por las montañas asturianas, y Crosses por su apellido, Iglesias y las cruces que coronan sus tejados. El pasado mes, Iglesias participaba en la antesala de la Madrid Fashion Week donde quedó entre los finalistas presentando en la pasarela de la Mercedes Benz su colección. No pude alzarse con la victoria, pero sin duda es una experiencia que le ayudará a seguir creciendo.
– ¿Cómo da el paso llegar al mundo del diseño, en general, y después saltar al diseño de ropa creando su propia marca?
-Yo ya curraba antes en el diseño gráfico, pero no en la misma medida que lo hago ahora. Me metí en el diseño porque estaba haciendo un módulo superior de fotografía y pensaba que eso era lo que me gustaba y lo que quería hacer. Pero me dí cuenta que no me llenaba por completo.
Decidí dejarlo y miré que era lo que me gustaba, en qué podía ser bueno… y como me gustaba la moda en sí y los diseños decidí tirar adelante porque, aunque vi que era difícil, pensé que podía hacerlo.
– Y, ¿cómo te formaste para ello?
– Fue de forma autodidacta. Con veinte años empecé a manejar algunos programas de diseño y de ilustración que luego me sirvieron para aplicar al diseño de moda. Yo lo que hago es diseñar lo que se va a hacer, pero después, el patronaje y la costura de la prenda no lo hago yo.
– Tenía algún referente, algún diseñador que le llamara más la atención…
– La verdad es que no. No me fijaba en los diseñadores en sí porque lo que me llamaba la atención era la ropa urbana, escape, … Y en eso es en lo que me puse a trabajar.
– En la Mercedes-Benz Fashion Talent, donde quedó finalista, presentó una colección muy interesante. ¿Qué les llamó más la atención?
-Les llamó la atención que no fuera una moda más clásica centrada en vestido o trajes. Lo que llevé era una colección muy urbana, muy punki, de la calle. Y creo que fue precisamente eso lo que les impactó. Que llegase una propuesta a la pasarela que se saliera de lo que se ve en ese escenario.
La moda que llega al concurso suele destacar por ser freestyle, presentar vestido apegados, etc. Además, en la pasarela se presenta bastante indumentaria artística que no es la ropa convencional que luego se pone la gente en la calle. Yo hice un poco lo contrario a lo que se ve. No es que haya inventado la rueda ni mucho menos, está todo prácticamente hecho. Pero sí que hice una apuesta clara por la ropa urbana y creo que eso fue lo que más les llamó la atención.
– ¿Cómo fue para usted la experiencia de estar en Madrid?
-Pues pensé que iba a ser muchísimo más angustiosa y que me iba a poner muy nervioso con el desfile y todo lo que va antes. Pero la verdad es que lo llevé bastante bien. Tampoco te voy a engañar… los minutos de antes del desfile del último día estaba…
Pero bueno, pasados los nervios previos antes de salir a la pasarela la experiencia fue muy enriquecedora porque amplio la visión de la marca y cómo la gente la percibía. La tienda, de momento, es online. Con lo cual hasta que desfilé en la pasarela las prendas y la colección era algo que solo podían ver a través de una pantalla, pero en ese momento, no sólo lo pudieron ver si no que lo pudieron tocar.
-Hay una imagen, después del desfile, que recorrió las redes sociales. Durante la Madrid Fashion Week hiciste gala de asturianismo y, más concretamente, de langreanismo saliendo con la camiseta del Unión Popular. No sé, igual no estamos haciendo amigos precisamente…
-Qué va. Seguro que todo el mundo se sintió identificado al final que seas de un equipo no está reñido con que no apoyes a otro. Salí con la camiseta para que se nos viera porque al final, no es que Langreo sea lo único que me inspira, pero sí que es de donde bebí en cuánto a minería, movimientos sociales, etc. y no dejan de ser una parte de la inspiración y el imaginario de la marca.
-Está claro que lleva por bandera la tierra donde nació y se crío. Además de ser el lugar donde desarrolla su vida, ¿qué te ha aportado en tu trabajo?
– El imaginario de los movimientos sociales, de manifestaciones, de la propaganda política y de sindicatos que siempre tuvo mucho movimiento en las cuencas. Esas imágenes tan potentes me dan inspiración a la hora de diseñar las imágenes de las prendas.
– ¿Y por qué los movimientos obreros? ¿Qué es, concretamente, lo que le llama la atención?
-Son imágenes muy potentes. Por ejemplo, un apretón de manos es una imagen bastante potente. Otro ejemplo, es la imagen del gato de la CNT erizándose y maullando. Me parecen bastante punkis para utilizarlas y plasmarlas en prendas. Obviamente, no las cojo tal cual porque sería plagiar. Lo que hago es modificarla, pero la esencia sigue estando ahí.
– ¿Qué nuevos proyectos tienes en mente con la marca?
– Poner una tienda física en el centro de Madrid que, más o menos, ya la tengo programada; y sacar la nueva colección. A otro nivel, tengo en mente el desarrollo de una empresa de impresión en 3D con un compañero y también tengo previsto dar una charla en la Universidad de Oviedo sobre moda.