“Solo puedo hablar de Villoria y de les cuenques porque es lo que conozco. Hablar de otra cosa sería para mi estafar a la gente”.

Ricardo Villoria en su pueblo natal.

Nació siendo Ricardo Fernández Suárez pero es conocido como Ricardo Villoria, población en la  que se crió y de la que surge gran parte de su creatividad. A su pueblo se ha desplazado LA CUENCA DEL NALÓN con el objetivo de conocerle a él y su particular visión del mundo.

-Tiene una manera muy peculiar de entender el arte. El uso del blanco y el negro, la poca iluminación, la puesta en escena. En qué se inspira para presentar una obra con tanto sello personal.

-Me inspiró en el lugar en el que nací y crecí que es Villoria y, por extensión, las cuencas mineras y Asturias. De aquí es de donde saco todas las historias, personajes, luz. En mis proyectos siempre hay una luz natural y suave, que es como percibo yo la luz de Asturias, tamizada por las nubes. Incluso cuando trabajo en interior intento mantenerla usando juegos de luces con una o dos ventanas abiertas para que bañe los rostros sin que surjan contrastes duros. Mi luz sería la que entra por la tená de la cuadra, que es casi como una luz cenital y divina que lo envuelve todo. Los personajes, los trabajos, todo tiene que ver con esta tierra. No es nada premeditado si no la visión que tengo de lo que me rodea.

-Estamos aquí, en Villoria, rodeados de personas muy arraigadas a la tierra y me viene a la mente uno de sus primeros trabajos en moda con la colección Pepe Luis y en concreto con un traje de, yo diría, morcillas y chorizos que llevaba Nacho Vegas.

– (Se ríe). Sí, Pepe Luis lo creé en el 2013 pensando en que si me gustaba la moda porqué no iba a expresarme con ella por el qué dirán. Así que hice una colección de trajes inspirado en personajes que me parecían interesantes en Asturias y también en Madrid. A Nacho Vegas, por ejemplo, le hice varios trajes: uno con flores, que sacaba su lado más romántico; otro con ojos, que tenía que ver con la forma en la que ve la sociedad y otro, el de las morcillas que dices tú. Lo curioso es que la gente me comenzó a comparar con otros diseñadores que también habían trabajado la media rellena como Sarah Lucas. Y para nada. Yo lo que hice fue coger las medias de mi mujer y rellenarlas de cotton de la grasa de los tractores, del que utiliza mi padre para limpiar. Esa es la realidad.

-Hablenos de su ultimo trabajo, Petra Von Kant. ¿Cómo fue?

-Pues para mi es lo que mejor hecho está de todo porque con Petra reúno todo con lo que he experimentado. La colección tiene 35 piezas y diseñé los trajes, me ocupé de buscar un equipo de maquillaje, de seleccionar la música, etc, todo ello con los ahorros que voy haciendo entre trabajo y trabajo. Lo presenté allí porque me parecía que la repercusión iba a ser mayor aunque, para mi, hacerlo en Asturias sigue siendo fundamental, lo cierto es que al hacerlo en Madrid se avanza más rápido.

Para hacer las fotos oficiales conté con un fotógrafo asturiano, Marcos Morilla, que hace una fotografía de forma pausada de manera que parecen casi lienzos. Además tiene esa luz de Asturias que se encuentra en los cuadros de Evaristo Valle. Por otra parte, la inspiración para el nombre viene de la película “Las amargas lágrimas de Petra Von Kant” de Fassbinder que está grabada en una habitación con mucha moda, escenografía y sobre todo, sin que te aburras de los planos que siempre son en el mismo espacio.

– ¿Qué buscaba con esta performance y estos diseños?

– Expresarme artísticamente con la moda. Yo busco en la moda expresar mi creatividad, no busco la moda para vender más y en serie.

– ¿A dónde quiere llegar con ella?

-Soy muy conservador. Me gustaría trabajar en una empresa de moda y tener mi nómina para con el tiempo poder crear tendencias.

-Volviendo a Petra Von Kant, más bien, no sé, me da la impresión que rescata tendencias. Por ejemplo hay un componente eclesiástico claro.

Ricardo Villoria durante la entrevista con nuestra redactora Bibiana Coto.

-Sí, sí. Pero no a mala fe, si no todo lo contrario. De hecho, yo fui monaguillo tardío y gaitero en las misas. Cogí mucha inspiración de la iconografía religiosa: libros ornamentados con esas letras que llaman la atención, esos matices; retablos como los que hay en la iglesia de Entrialgo o de Llorío. Bueno, hay unos estampados en estos sitios – a ver si me lo va a robar alguien – que son auténticos pañuelos de Hermes. Y esto es sólo aquí y es muy exclusivo. No puedo dejar de lado siglos de arte que hay en nuestras iglesias. Quizás, al hablar de tendencia, me refería a que no me muevo dentro de las líneas generales si no que voy a mi bola.

-¿Se pone límites?

-Sí, pero el día que haga la película me los voy a quitar todos. Los límites que me pongo son sociales, por ponerte un ejemplo el animalismo es uno de ellos. Mi relación y la de mi entorno con los animales, teniendo ganado, es muy directa. No me atrevo a plasmarla tal cual, sin artificios.

-Entiendo que busca plasmar la realidad pura y dura, sin dobleces.

Sí, pero no de una manera documental si no manipulando la realidad para sumarle la estética.

-Ha hecho campañas publicitarias, algunas como la de San Mateo, con bastante polémica. Ha hecho videoclips, moda, e indagando he descubierto que también documenta la vida de Asturias. Su gente…

-Les paisanes son maravilloses. El vídeo que viste fue con una muyer del occidente. Quiero seguir trabajando con ello y, poco a poco, registrar el idioma. Pero es que no es solo eso, es como hablan, la elegancia que tienen,  el luto riguroso que guardan. Yo a estas mujeres les daría un protagonismo absoluto porque son auténticas. No están globalizadas. Son esencia pura de Asturias.

-Tengo entendido que siempre tienes que venir a crear a casa. ¿Es eso cierto?

-Pues sí. Tengo el cordón umbilical muy apretado y además no quiero soltarlo. Porque voy a tener que ir a Madrid o a cualquier otro sitio para trabajar, no me hace falta. Otra cosa es que puntualmente lo tenga que hacer, pero yo sólo puedo crear sobre lo que conozco. A mi siempre me llama la atención gente que escribe novelas ambientadas en Nueva York, por ejemplo. No puede ser buena, porque para trasmitir la esencia, los matices, cómo respira la gente lo tienes que sentir, lo tienes que conocer. Yo sólo puedo hablar de Villoria y de les cuenques porque es lo que conozco y hablar de otra cosa sería, para mi, estafar a la gente.

-Está claro que tiene en la mente una película y yo no quiero preguntar sobre ello por mantener “la cosilla”. Pero un poco de curiosidad, sí que tengo…

– Bueno, puedo decirte que cuando la haga será de Asturias, con la variante de asturiano de esta zona y con la gente , la luz y los sitios que conozco. Con les paisanes auténtiques, con su forma de hablar, y con todas las cosas especiales que tenemos en les cuenques.