“Empecé este proyecto por el sentido de comunidad y de clase que me ha dado el haber crecido en El Coto”

La gran cantora, folclorista, poeta y artista plástica Violeta Parra -que da nombre al proyecto de Alejandro Luaces con su tema “Gracias a la vida”- estaba “enferma de tristeza”, según decían algunos medios de comunicación en Chile al informar de su muerte. Ella argumentaba la situación que la llevó al suicidio desde el sufrimiento agudo del pueblo chileno, la falta de libertad y la dictadura de la mediocridad política: “Lo hago por el orgullo que rebalsa a los mediocres” (V. Parra), desde su compromiso colectivo. Músico, terapeuta y especializado en salud mental colectiva el entrevistado presenta a LA CUENCA DEL NALÓN un proyecto cargado de esperanza

Alejandro Luances nos concedió la entrevista de este mes de diciembre para hablarnos de su proyecto ‘gracias a la vida’.

– ¿En qué consiste el proyecto de Aprendizaje Servicio “Gracias a la vida” que pretende poner en marcha en Asturias?

Es un marco de intervención intergeneracional frente al malestamos* (M. Carmona) y sus causas, de salud como construcción solidaria. Está amparado en la metodología Aprendizaje-Servicio y dedicado a los mayores, proponiendo dinámicas curriculares estructuradas frente a malestares comunes, escapando conscientemente de la infantilización. Visibilizamos el sufrimiento y a aquellos que se lucran del mismo. Desarrollamos un proceso de enseñanza-aprendizaje escolar de autenticidad relacional y calidez, a través de la investigación-acción y del trabajo práctico sobre los derechos fundamentales. Optimizamos los recursos públicos, en los que las personas deben ser las principales valedoras del cambio y repensamos en común los diferentes conceptos de vejez.

Generamos actividades de todo tipo: desde un Observatorio de la soledad no deseada a un concurso de poesía, una huerta o una formación coral…Cambiamos la sociedad transformando el espacio, escapando de la idea de que la vejez es una etapa triste y posibilitando recursos perdurables para ratificar que debe ser una etapa de plenitud.

– ¿Por qué decide involucrarse en él?

Por la conexión radical con las personas mayores en los diez años de trabajo como cantor de música popular y tradicional y por el sentido de comunidad y de clase que me ha dado el haber crecido en El Coto (L’Entregu). Surge entonces la necesidad de agradecer activamente a los mayores los derechos conquistados, de crear una dinámica de resiliencia comunitaria consciente frente al capitalismo. Es fundamental también introducir el concepto de salud ambiental desde una perspectiva comunitaria en los centros educativos. La psicología positiva o el nutricionismo están entrando en su lugar, con el peligro que supone. Los procesos médicos y educativos nos están expropiando la Vida, reduciéndola a itinerarios estrictamente clínicos o profesionalizantes, siendo continuistas de malestares que se podrían abordar fuera de la rentabilidad empresarial en los que navega también la escuela.

– Asturias, con una población altamente envejecida, supongo que tiene mucho que aportar al proyecto.

Los asturianos y asturianas debieran asumir la histórica responsabilidad individual y colectiva ante la que estamos, desplazada en pos de un bienestar compartimentado e individualista. No quiero que se lea esto como un discurso externo, moralizante o partidista, simplemente desde la necesidad de ampliar la mirada de intervención. Señalar la valentía y los recursos de la gente que se ha quedado, que trabajó y trabaja por una Cuenca digna y una Asturies mejor, de aquellos que no se mantienen en la pasividad o en las redes clientelares de los partidos y sindicatos mayoritarios. Las prejubilaciones iniciadas treinta años atrás y los recursos externos, nos debieran haber traído proyectos punteros en envejecimiento emancipador, no solo activo. Estamos pagando, con una gran pérdida de calidad de vida, la corrupción ético-política de estas últimas décadas.

¿Cómo se desarrollarían, por ejemplo, los programas intergeneracionales? ¿En qué aspectos se centrarían? ¿Qué otros puntos se podrían tocar a nivel educativo y cultural?

A partir del marco anteriormente descrito abordaríamos cualquier actividad intergeneracional que los integrantes de cada centro coordinador decidieran, con el único límite de lo organizativo o lo logístico. La cultura tradicional entendida como cosmovisión, será fundamental tal y como está sucediendo en el proyecto en Canarias. La llingua asturiana, el proceso de minorización lingüística y el aplastamiento histórico de la cultura tradicional tendrán, por cuestiones emocionales y de autoestima colectiva, un espacio prioritario.

– Entiendo que el punto más innovador de este proyecto es, precisamente, el poner en valor a las personas mayores. Para alcanzar éstos objetivos, ¿qué agentes deberían estar implicados?

– Las personas mayores saben ponerse en valor solas si les respetamos sus condiciones económicas, sus hogares o su conocimiento, sus historias de vida. Hay marcos de relación éticos y jurídicos que, como sociedad presuntamente democrática, no estamos respetando. Si hay algo innovador, si se puede llamar así, es que somos conscientes de que el contexto productivo es el que genera un modelo de vejez que no gusta, un paternalismo de estado, financiero y católico, estimulado por una clase política y sindical que sigue obviando la participación con sus modelos de representación unitaria, secuestrando las decisiones sobre la cotidianidad en la vida de las personas envejecidas “institucionalizadas”. Relativamente novedoso puede ser también que prestemos una especial atención al margen, a una diversidad funcional que genera una marginalidad de edad muy concreta y muy poco visibilizada y contestada a día de hoy.

La búsqueda del bien común desde la inteligencia colectiva es el eje, implicamos a maestros y profes, trabajadores del ámbito sociosanitario y a todo el tejido institucional y asociativo en mesas de trabajo democráticas.

– ¿Dónde se viene desarrollando ya?

– En Galicia, Cataluña, La Rioja, Valencia y Canarias, donde hemos trabajado en reuniones con centros educativos, Ayuntamientos, Consejerías de Educación o Direcciones Generales de Salud Pública y Áreas Sanitarias, colaborando con varias Universidades interesadas en el proyecto. Hemos iniciado un Seminario de Formación para docentes con, entre otros, Anna Freixas, Rafa Cofiño o Carmen Valls, en temas referenciales para la intervención posterior con alumnado.

En Francia, vivimos una realidad muy similar tal y como hemos visto en nuestro barrio en Lyon o en la magistral obra “Little Josephine”. También con la antropóloga Bernadette Puijalon. La socialdemocracia neoliberal es el marco que nos acerca a nivel global, la fraternidad internacionalista debe ser la respuesta. En ello estamos también con nuestros vecinos franceses.

– ¿En qué momento se encuentra el proyecto a nivel de Asturias?

– Esperamos la respuesta de la Dirección General de Salud Pública y de varios Ayuntamientos ante a una propuesta concreta realizada hace dos semanas. Cualquier llamamiento que se haga desde ayuntamientos o centros educativos será atendido. Ha comenzado ya la colaboración con la Fundación Mar de Niebla, con un pilotaje del proyecto dentro de la entidad, reforzando las actividades de sensibilización, de conocimiento del patrimonio y de recursos dirigidos a los mayores en la zona oeste de Gijón.

La musicoterapia es una parte fundamental del proyecto de Alejandro Luances (primero por la izquierda)

– Una última pregunta: además de ser creador y coordinador de este proyecto, también participa en el proyecto de animación musical comunitaria con mayores “Se me olvidó que te olvidé”. Hábleme de él.

-Abordamos la interpretación vocal e instrumental en vivo de los géneros musicales que vivieron en su juventud en un ambiente prosocial, de aceptación y cariño, al ser la música la más social de todas las artes. Mejoramos su calidad de vida sin paternalismos, compartimos con alegría su día a día, así nos lo expresan ellos y ellas. Se lo debemos todo, a los que ya no están con nosotros también.

Bebe directamente de vivir asiduamente la experiencia de acompañar la interpretación de l’asturianada y la lírica popular asturiana en su contexto natural, los chigres, de su valor patrimonial y emocional desde lo colectivo, de la epistemología de intervención única y universal a su vez.

La frase del compañero Ramón Acín, resume lo que hacemos: «Tenemos por bandera el amor a la cultura, el culto de la fraternidad y de la libertad y así el fracaso nunca será con nosotros: podremos ser pocos, mas entonces tocaríamos a más amor”. Muchas gracias por el espacio.