“En Valnalón ponemos la cabeza en los proyectos, pero también el corazón”

MARTA PÉREZ  es, desde 2010, la gerente de la Ciudad Tecnológica de Valnalón, que este mes cumple 30 años. Inmersa, desde hace veintinueve años, en la empresa, relumbra cuando menciona la palabra `emprender`. Tras participar en unas jornadas de Networking y ataviada con unos elegantes zapatos rojos y un broche con forma de árbol, recibe a LA CUENCA DEL NALÓN, café americano en mano, presumiendo de `equipo´ y de ser natural de El Puente`; y derrochando calidez, locuacidad y metáforas oportunas.

Parte del equipo y la directora Marta Pérez del centro de empresas de Valnalón
Parte del equipo y la directora Marta Pérez del centro de empresas de Valnalón

Canta el tango “que 20 años no es nada” ¿Y 30, tampoco? (En alusión al aniversario de la Ciudad Tecnológica de Valnalón).

(Sonríe) Casualmente usamos esa frase para el vigésimo aniversario. Son treinta años y parece que fue ayer. Si echamos la vista atrás hubo fracasos estrepitosos, disgustos, alegrías…En este tiempo, desde que empezamos en 1992 con el Semillero de Empresas, nos vamos encontrando con personas que consiguieron desarrollar su idea y otros que lo intentaron y no lo consiguieron. La conclusión a la que llegamos es que no solo ponemos la cabeza en los proyectos de las personas, sino que ponemos parte del corazón. Y me apasiona que cuando nos encontramos con personas que hicieron crecer su empresa desde el Semillero, nos digan que la idea de la que partieron era ser felices y que ahora lo que hacen es desarrollar sus sueños y hacerlos crecer.

Lleva 29 años en Valnalón, así que llegó cuando la empresa estaba `en pañales`.¿Cree que se han cumplido las expectativas?

Es verdad que cuando llegué, aún estaban colocando los ladrillos, estaba en `pañales` y ahora está emancipada. Pero aún emancipada, todavía necesita que la quieran; y necesita nutrirse de todos lo que estamos aquí. Y no me gusta hablar en primera persona, porque somos un gran equipo (20 profesionales). No puedo olvidarme del Gobierno del Principado, del Ayuntamiento de Langreo y de la comarca del Nalón, en general, que se ha convertido en un lugar idóneo para vivir.

¿Cuántas empresas se han creado desde 1992?

Un total de 729 empresas.

En Valnalón señaláis como una de vuestras premisas la transformación de los espacios en ecosistemas empresariales. Si bien es cierto que un ecosistema tiene una idiosincrasia particular, dada por las características del propio lugar, ¿cuál es la `esencia` que Valnalón podría extrapolar a otros `ecosistemas`?

No sé si la esencia exactamente, pero sí estamos extrapolando nuestra manera de trabajaren educación emprendedora. Hemos transferido programas de educación emprendedora en la Diputación de Barcelona, Diputación de Pontevedra, Murcia, Colombia y empezaremos en Chile. Una de nuestras premisas, además, es implicarnos con otras organizaciones para tener riqueza, pero no solo económica, también empresarial, medioambiental, etc.

Marta Pérez durante la entrevista.
Marta Pérez durante la entrevista.

La he oído hablar de intraemprendimiento. ¿Qué significa exactamente?

Es un vocablo muy de moda últimamente, y que nosotros ya ofrecemos desde hace tiempo. Se trata de cómo pasar de ser un eslabón más de la cadena, a ser una pieza clave.

Si hace una retrospectiva, el resumen sería…

En la vida un factor importante es la suerte. Nosotros tuvimos la suerte de que cuando marchó Ensidesa, aquí quedó un espacio para cubrir. Y tuvimos la suerte de tener un alcalde como Aladino, que apostó por mantener todos los edificios que había; tuvimos una varita mágica que fue el Plan Nacional de Interés Comunitario, que eran unos fondos de ayuda para rehabilitar espacios; y tuvimos un hada madrina, que fue Paz Fernández Felgueroso, que intuyó en qué se podía convertir todo esto. Poco a poco, fuimos haciendo ensayo-error. Quisimos sustituir la gran empresa que se había ido por otras pequeñas empresas; y también quisimos apostar por el emprendimiento, pero para ello debíamos fomentarlo desde la escuela.

¿Cómo ha ido cambiando con el tiempo, si lo ha hecho, el método de fomentar el emprendimiento?

Cuando empezamos, en 1989, buscábamos empresarios que contrataran, porque había una tasa alta de desempleo; en el 92 sí creamos espacios para que vinieran empresas, pero no estimulábamos la creación de nuevas empresas; por eso, el Semillero se convirtió en la piedra angular.Ahora no hay fronteras mentales. En 1989 la frontera era Langreo, en el 92 ya `salíamos de los túneles`. Luego hubo una época de `empresas sarampión´ (muchos negocios del mismo sector en la misma calle). Ahora la tecnología, la forma de pensar, la cooperación y la formación son diferentes.

¿Existe ahora más desánimo que antes por emprender?

Bueno, en el 92 vivimos una etapa de crisis tremenda. Antes no sabíamos que podíamos ser emprendedores económicos. Ahora el emprendimiento se hizo más asequible. Antes el empresario era el del puro y el bombín; y ahora. Aunque todavía nos cuesta reconocemos la figura del empresario en un taxista, una pescadera o un kioskero.Le debemos mucho a los padres de una época, que ahora son abuelos; y que son los financiadores de sus nietos.Ahora hay voluntad de emprender y no hay financiación; antes no había ni voluntad de emprender. Hemos perdido el miedo a tener miedo.

En el 2018 los pozos mineros echarán el cierre. ¿Es el tejido empresarial, en nuestra cuenca, tan sólido como para suplantar el industrial?

Le hablas a una hija del carbón, así que hablar de ese cierre me duele mucho. Yo creo que las mismas razones económicas que cierran las minas, pueden ser las mismas que luego las abran. Debemos tener una reserva estratégica y ser productores. Creo que es necesario continuar y también diversificar.

Has comparado Valnalón con un caleidoscopio. ¿Planteáis `incluir` algún espejo más o algún cristal de colores?

Nos gustaría especializarnos en algún sector que genere empleo. No somos fruto de la improvisación, pero siempre estamos con los ojos bien abiertos y en todas direcciones. No estamos cerrados a aportar algún cristal nuevo.

En febrero la Junta General del Principado aprobó una Ley de Emprendimiento. ¿Qué opinión te merecen estas iniciativas que velan por los intereses de los emprendedores?

Esa Ley debería cuidar tres cosas: racionalizar los trámites para constituir la empresa, pedir `personas heroicas` que dediquen tiempo a su estudio de empresa; y que las ayudas sean en forma de préstamos, para tener un acceso rápido a la financiación  y que luego impliquen retorno, para que otra persona cuando lo necesite lo tenga. Además de leyes como esta, los emprendedores y los que trabajamos por y para ellos, nos amparamos en la Asociación de Centros de Empresas del Principado de Asturias (ACEPPA). Es una red potente. Ese paraguas de acompañamiento es importante.Los emprendedores son quienes hacen las empresas, nosotros los ayudamos a `abrir puertas`. En la parte económica debemos ser sus comerciales y dar músculo patrimonial a la empresa.

Es usted voluntaria de Ingenieros Sin Fronteras. ¿Cómo andamos de altruismo y voluntarismo en el Nalón?

En Langreo y en la comarca del Nalón, en general, hay muchas asociaciones y compromiso. Aquí en Valnalón hay mucha gente trabajando con ONG´s, inmigrantes, gente joven, emprendedores musicales, etc.Yo creo que todos los que tenemos un poco de tiempo deberíamos tener el compromiso de compartir lo que sabemos hacer, o simplemente escuchar; eso haría una sociedad más justa.