Aitana Castaño. Periodista.

       Nosotros, los genios

Lo bueno de escribir esto que os voy a escribir en papel es que no voy a tener que leer los comentarios en el ordenador de algún lector que desee escribirme tras leer esta columna. Porque voy a hablar de un tema que en las redes sociales me tengo autocensurado, salvo en ciertos muros de amigos o conocidos donde sé que no voy a encontrar talibanes a ninguna causa (y creedme que es complicado). Voy a hablar de la investidura de Rajoy. Pero no voy a hablar de Rajoy. Voy a hablar de los nuevos políticos.

Hay algo en mi generación, que es un poco la de todos estos nuevos políticos que hablan de la nueva España, que a mi no me acaba de cuadrar: El rencor que guardamos dentro. Si atendemos a la manera de ser de los representantes públicos que rondan ahora los treinta y cinco años (lustro arriba, lustro abajo) a mi lo que me da por pensar es que somos todos (izquierdas, derechas y centros) unos niñatos engreídos que nos creemos genios (tal vez así nos lo hicieron creer nuestros padres).

Nos creemos genios con la potestad de enarbolar la bandera de un rencor que nuestros padres y nuestros abuelos, antes de que nosotros naciéramos o cuando estábamos en ello,dejaron de lado para hacer de su país algo mejor de lo que tenían. También fue entonces una “nueva España”.

Algunos dirán que menudos cobardes. Otros que una pérdida de tiempo. Otros que lo que hicieron fue una mierda. Opiniones diversas. La mía la tengo clara: Creo que no lo hicieron tan mal, que en realidad les fue más o menos bien. Porque aunque sea complicado defender a veces los frutos de esta democracia que heredamos, lo cierto es que está más o menos bien. Y no es perfecta, pero está mejor que la mayoría de este mundo. Y el margen de mejora está ahí, claro. Solo hay que lucharlo.

Nosotros, los genios,  hemos estudiado, y hemos crecido en un país mucho mejor de lo que lo hicieron los que nos criaron. Esto es así. Y sin embargo, tenemos rencor. La gente que conozco que les tocó luchar hace cuarenta años apartaron el rencor para mirar al futuro. Y seguramente ellos tenían más motivos para ser rencorosos que los que tenemos nosotros. Pero nosotros, criados por ellos, con esfuerzo, con tesón, con mucho trabajo y sin conciliaciones, sin ayudas de nadie y sin casi nada. Tenemos rencor.

No me gusta que me represente gente con rencor. Ni como pueblo ni como generación. Pero, ¿sabéis qué?. Tampoco es algo que pueda ir defendiendo por ahí sin que me caigan palos.

Y perdón por la espesura. Es lo que tenemos los genios cobardes.

Un comentario en «Aitana Castaño. Periodista.»

  • el 21 mayo, 2013 a las 6:17 pm
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    Muy relativa… se acerca el verano y el invierno no quiere marcharse…

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