Al Pozo San Luis le crece el interés

El Pozo San Luís, integrado en el Ecomuseo Valle de Samuño, ha sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por el Principado de Asturias.

El Consejo de Patrimonio del Principado de Asturias inició en enero la catalogación y protección de la singular mina de La Nueva

Se alza gris y valiente en el mismo centro del pueblo de La Nueva. Su excelente estado de conservación, al que ha contribuido sobre manera el hecho de que se trata de una de las piezas fundamentales del Ecomuseo del valle de Samuño, lo convierten en un edificio imponente y bello que desde el pasado mes de enero tiene, además, la catalogación de Bien de Interés Cultural (BIC). Se trata del Pozo San Luis de La Nueva. El pleno del Consejo del Patrimonio Cultural de Asturias acordó dotarle de la medida protectora  «uno de los más destacados ejemplos de la industrialización de los valles centrales de las cuencas mineras».  San Luis es, después de Santa Bárbara de Turón, la según explotación minera que es nombrada BIC.

En la misma reunión se dio luz verde al inicio de los trámites para conseguir la declaración BIC del templo de Santa Cruz la Real de Caleao, en el concejo de Caso; y para el pozo minero de Sotón, ubicado en San Martín del Rey Aurelio.

El pozo San Luis de La Nueva fue profundizado por la empresa Carbones La Nueva entre los años 1928 y 1930. Entre los edificios de la primitiva explotación, sobresale la unidad compuesta por el castillete y la sala de máquinas, un edificio de singular belleza que muestra en su fachada numerosas influencias de la arquitectura culta e introduce nuevos materiales y elementos decorativos que configuran un tipo de arquitectura industrial nada usual; se trata de un auténtico icono de la historia industrial asturiana, vinculada a corrientes artísticas eclécticas llegadas a Asturias de la mano de la Real Compañía Asturiana de Minas, a la que perteneció el pozo San Luis desde 1925. En cuanto al castillete, de 1930, es uno de los pocos de Asturias que aún conserva la estructura original de perfiles de hierro roblonado, que fuera superada en los años centrales del siglo XX con el empleo de la soldadura, lo que añade a este elemento del pozo San Luis un decisivo valor testimonial.