«Deberíamos trabajar para que los jóvenes no pierdan el fascinante mundo de la música»

En los años ochenta desde el Conservatorio Valle del Nalón, por aquellos años situado en el colegio José Bernardo, se empezaron a construir instrumentos antiguos. Entre el grupo de entusiastas estaba Eloy Zapico que involucró a toda su familia, sus tres hijos sirvieron de conejillos de indias tocando esas creaciones. Esa pasión desembocó años más tarde en Forma Antiqva, un conjunto instrumental langreano que interpreta música antigua con criterios históricos e instrumentos antiguos. Los hermanos Zapico: Aarón (clave y director), Daniel (tiorba) y Pablo (guitarra barroca y archilaúd) llevan más de dos décadas interpretando en sus particulares lecturas sobre danzas y patrones del Barroco español e italiano. Trabajos que hacen llegar a todo el público. Desde la libertad que aseguran les da la música barroca, han sido capaces de resucitar composiciones que llevaban más de 300 años dormidas, y enamorar con ellas a un público que nunca se habría imaginado ir a un concierto de música barroca.

¿Qué les hizo decantarse por la música barroca?

Daniel Zapico: La música barroca, aunque se considere lejana en el tiempo, es mucho más cercana a nosotros que otras músicas actuales. Sus ritmos y armonías juegan con retóricas que nos llegan a lo más profundo, que nos tocan el corazón. Son armonías que comprendemos aún sin saber música. En este periodo, el músico tiene un papel fundamental en su reconstrucción, investigación e interpretación. Creo que esta característica de involucración, unida a los fantásticos instrumentos que se utilizaban (como la tiorba en mi caso o el clave y la guitarra barroca en el de mis hermanos) fue la que más nos atrajo. Además, es un periodo que nos permite tocar prácticamente cualquiera de sus partituras juntos.

Tres horas de un «Mesías Participativo” de Händel. Un ciclo de actuaciones, organizado por la Fundación La Caixa ¿qué nos descubren?

Aarón Zapico: Nos descubren a una Forma Antiqva preparada para abordar proyectos de gran magnitud. A un conjunto de enorme sensibilidad para con los cantantes y el coro, con tremenda pulsión rítmica y, sobre todo, a una oficina que supo organizar estos conciertos inolvidables de una manera eficiente, serena y previsora. ¡No hay que olvidar que había cientos de personas involucradas! Un verdadero hito en la historia de Forma Antiqva. También diría que hemos descubierto para mucha gente un nuevo Mesías, más dramático, más teatral… más cinematográfico.

Pablo, Aarón y Daniel Zapico, integrantes de Forma Antiqva, protagonistas de la entrevista de febrero.

Y ahora llegan con ‘Burlesque’ del alemán Telemann, un enfoque más teatral. ¿Muy sorprendente el cambio?

AZ: ¡Del cielo a la tierra! Pero un cielo y tierra eminentemente barrocos, claro. El Mesías de Händel fue una ópera, sujeta a los afectos, a la fineza y la belleza. Con Telemann hemos querido ser más bizarros, más terrenales, burlescos y, hasta cierto punto, provocadores. El cambio puede ser sorprendente, visto desde fuera, pero para nosotros es el día a día. El Barroco es así: luz y oscuridad, alegría y melancolía, teatro y drama. Todo condensado incluso en un mismo compás. En una misma frase. Los conjuntos de música antigua solemos ser muy versátiles y el caso de Forma Antiqva no es una excepción: nuestra carrera está jalonada de proyectos de muy diversa naturaleza.

El año pasado se empeñaron a descubrir a muchos «Sancta Ovetensis«. Música del siglo XVIII sacada de archivos de la Catedral de Oviedo. ¿Cómo resultó el proyecto?

Pablo Zapico: Fue una experiencia increíble y muy satisfactoria. Por fin conseguíamos los medios y la financiación para grabar una pequeña parte de este impresionante patrimonio musical. Una muestra que sacara a relucir algunas de las joyas que descansan, ocultas, en el tesoro del archivo. Y lo hicimos con los mejores efectivos. Forma Antiqva en versión de lujo. Una nutrida orquesta con lo mejor de cada casa. Además, contamos con la maravillosa voz de la soprano Jone Martínez. Estamos muy orgullosos del resultado y nos gusta pensar que hemos aportado un granito más de arena del que presumir en Asturias.

Lo suyo parece resucitar nuestro patrimonio musical, así lo hicieron en 2020 grabando la obra del valenciano Vicente Baset ¿Hay mucho trabajo de investigación detrás?

AZ: Sí, sin duda. Son años que hay que estar alerta: preguntando, valorando, leyendo, probando… hasta que das con algo que tiene interés. Después, comienzan las negociaciones para poder llevarlo a cabo. El convencer a las administraciones de que sí, de que es patrimonio, de que merece la pena. Acto seguido, hay que editar la música: poco a poco, revisando cada nota. ¡Un trabajo muy metódico! Y al final, todo merece la pena cuando se escucha por primera vez. ¡Se olvida todo el trabajo en el primer acorde!

¿Queda mucha música dormida por redescubrir?

PZ: Afortunadamente, sí. Nos ha tocado vivir un momento maravilloso de la historia de la música en el que, por fortuna, aún hay trabajo que hacer en la recuperación de patrimonio musical. Los archivos catedraliceos o las bibliotecas nacionales y estatales son algunos de los lugares en los que buscar estas partituras inéditas. Sin embargo, no siempre es fácil acceder. Lógicamente, este celo ha posibilitado su conservación durante años, pero ahora que tenemos los medios para que la música pueda preservarse en grabaciones, es momento de exponerla al público, al igual que las artes plásticas pueden admirarse en los museos.

Uno de los lujos es poder llevar su música a países de todo el mundo, ¿qué debe aprender España de otros países?

DZ: No diría tanto aprender como apreciar. España tiene artistas del máximo nivel en todas las disciplinas, pero la cultura no tiene el mismo respeto y aprecio que pueda tener en otros países. Por lo general, es el primer peso a soltar cuando tenemos problemas económicos. Durante la pandemia quedamos totalmente en evidencia frente a países vecinos como Francia. Aunque recientemente hemos dado un pequeño paso con la creación del estatuto del artista intermitente, aún estamos muy atrás. Creo que primero debemos darle el valor que se merece y después aprender e importar lo que ya funciona en otros países.

Son considerados como un referente para la música barroca a nivel internacional, ¿Hay un estilo Zapico?

PZ: Sí que lo hay. Llevamos toda la vida tocando y creando juntos. Hemos desarrollado un lenguaje, unas ideas y una manera de entender la música que nos son propias. Nuestras versiones son para muchos reconocibles y, de hecho, el público espera eso de nosotros. No nos conformamos con una lectura correcta, sino que queremos ofrecer algo más y la música barroca deja totalmente abierta esta puerta, esta invitación al artista para completar la obra. Intentamos siempre ofrecer algo que resulte genuino, auténtico y único. Una razón que justifique el por qué nosotros y no cualquier otro intérprete.

Los hermanos Zapico durante un ensayo en el Auditorio Ciudad de Oviedo.

Cierran un año 2022 espléndido con 18 conciertos, unas 216 horas de ensayo y han grabado y publicado un CD. Además, casi 18.000 espectadores han disfrutado de su música barroca ¿Cómo lo hacen posible?

AZ: Forma Antiqva es el resultado del trabajo de mucha gente. No solo de los excepcionales músicos que se suben al escenario y ponen su talento a nuestra disposición, también de una oficina que se preocupa por cuidar y mimar cada proyecto y de unas familias, las nuestras, que nos apoyan en todo momento. Hay mucho trabajo y sacrificio detrás de cada concierto y esa cultura del esfuerzo, de no rendirse, hace que cada año tengamos retos más y más atractivos e importantes. ¡No se puede parar!

Además de música barroca ¿qué escuchan?, ¿Consideran que toda la música es aceptable?

DZ: Siempre y cuando no infrinja o ataque ningún derecho humano, por supuesto. Mucha música está pensada para un contexto concreto y fuera de éste no funciona por igual, pero no por ello hay que descartarla o considerarla inaceptable. Yo escucho de todo dependiendo del momento de ánimo o de lo que quiera hacer mientras la escucho. También me siento muy influenciado por mi familia y especialmente por mis hijos, que me mantienen actualizado de muchas canciones que de otra manera no llegarían hasta mí o que nunca volvería a escuchar, y sin embargo, suenan constantemente en mi salón ja, ja.

Miren al futuro ¿qué les queda por hacer? o mejor, ¿qué les gustaría poder hacer?

AZ: Ahora mismo tenemos en el horno un montón de proyectos: un disco con una importante carga de reivindicación femenina, otra ópera, un proyecto de música asturiana de raíces folclóricas, más recuperación patrimonial… ¡las cabezas buyen! Nunca nos hemos propuesto grandes objetivos y ese, creo, es el secreto de nuestro proyecto. A nivel personal, me gustaría que Forma Antiqva tuviese una relación más institucional con Asturias y que pudiéramos trabajar en la creación de nuevo público y, sobre todo, con jóvenes. Ayudarles a que no se pierdan este fascinante mundo que es el de la música. El de toda la música.