Atlas de Geografía Minera: Un gigante en el Alto Nalón

Hace unos días, a finales de octubre, hicieron unas pruebas acústicas de sirenas en el Alto Nalón. Se supone que era un simulacro de un plan de emergencias que existe en la presa de Tanes y que avisaría, con ese ruido, a la población de que ha habido algún problema relevante (por no decir catastrófico) en el embalse, en el concejo de Casu. Las sirenas informan de que hay que proceder a la evacuación de los vecinos del valle central. El resultado de la prueba, ya os lo digo yo: Nos morimos todos. Desde aquí se lo digo a quien corresponda: De El Condao pa´bajo no se escuchó ni media alarma de advertencia. (También os digo que oye, ojalá no las tengamos que oír nunca).

El pantano de Tanes y el de Rioseco, en Sobrescobio, también están en el Atlas Geográfico de la cuenca como parte de la sección: “Gigantes que hace tanto que están entre nosotros que ya nos olvidamos de que existen”, como la chimenea de Lada que supongo que la echaremos en falta cuando nos la quiten. Ahí está el complejo de embalses, en el Alto Nalón, cambiando el discurrir de un pueblo, como el de Tanes, que en los años setenta tuvo que meter toda su realidad en una caja de recuerdos. Sus casas, sus negocios, sus vidas pasaron a discurrir unos metros más arriba, pero los comienzos fueron muy duros. Siete familias del pueblo y 32 trabajadores de la fábrica Muebles Arga, que llegaron a construir una gran balsa, decidieron no moverse. Consideraban que las cantidades que querían abonarles por los terrenos no eran suficientes. Y aguantaron el tirón. Hasta que quedaron anegados del todo. En 1978 la crónica de El País un mes después de que arrancara la pesa decía: “Para los vecinos de Tanes de Abajo la suerte está echada. Desde el pasado día 19 de enero, las concesionarias pueden ocupar legalmente los terrenos. El agua del río Nalón, momentáneamente detenida, avanzará inexorablemente y sepultará sus viviendas. No lo evitarán ni Carrillo, ni Garrigues. La semana pasada, el secretario general del PCE le expuso al ministro de Obras Públicas, durante el Pleno del Congreso, la firme decisión de los vecinos de ño abandonar sus viviendas. Pero Tanes quedará bajo las aguas”. Así fue, Tanes en el Congreso de los Diputados.

Y como todo gigante tienen un “notario” que de manera altruista recoge y conserva su historia, también Tanes lo tiene. En este caso, el “guardián” de la memoria más dura y a la vez más humana de la presa casina es Vicente Gutiérrez Solís. Éste histórico militante comunista de Langreo, y muy conocido por su labor vecinal, ha cedido al Ayuntamiento de Caso su archivo personal sobre Tanes, para que se pueda consultar de manera pública. Entre los documentos de este legado están, por ejemplo, las primeras actas vecinales contra la construcción del embalse o dinero del que recibieron los vecinos por las expropiaciones. Por lo pronto podemos decir que el pueblo casín no se quedó del todo bajo las aguas, también está en el legado que se deja sobre él.

No sé si desde la ventana de Santa María de Tanes que da a las aguas del embalse se podrían ver las casas antiguas del pueblo que ya son solo memoria. Pero sé que ahora hay una vista que, cada vez que tengo la suerte de poder pararme a contemplarla, me embelesa. Es lo que tienen los gigantes.