“No debemos caer en la trampa de enfrentar a los pobres de aquí con los de los países en desarrollo”

Graciela Blanco Rodríguez (Barredos, Laviana, 1974) asumió la dirección de la Agencia Asturiana de Cooperación al Desarrollo a mediados del pasado año. Licenciada en Administración y Dirección de Empresas, trabajó como técnico en el Ayuntamiento de Langreo. Allí conoció a la que entonces era alcaldesa de Langreo Esther Díaz, y que hoy lleva los designios de la Consejería de Bienestar Social del Principado de Asturias. Blanco llega a la Agencia de Cooperación en unos momentos complicados y de reajustes: Nuestro objetivo es el mantenimiento de los recursos necesarios para la sostenibilidad de la política pública de cooperación”, asegura.

-Lleva unos meses como responsable de la Agencia Asturiana de Cooperación. ¿Cómo está siendo el desembarco?

-Desde el primer momento, asumí este reto con ilusión, voluntad, responsabilidad, y como no, agradecida a quienes confiaron en mí para desarrollar esta labor. Mi llegada a la Agencia Asturiana, en el mes de junio, coincidió con un momento difícil. En el ámbito de la gestión, la Agencia necesitaba un impulso, ya que a esas alturas del año apenas se había ejecutado un 20% del presupuesto, y trabajamos intensamente para conseguir llegar ahora, a final de año, a una ejecución presupuestaria del 99%.

-¿Qué retos se plantea y cuáles son los objetivos básicos de la Agencia?

-Nuestro objetivo es el mantenimiento de los recursos necesarios para la sostenibilidad de la política pública de cooperación, cuestión ésta que ha quedado reflejada en los Presupuestos Generales recientemente aprobados y que recogen el esfuerzo que este Gobierno va a realizar en esta materia, a diferencia de otras comunidades autónomas y del propio Gobierno de España.

-Pero, el presupuesto de la Agencia también se ha reducido

-Pues sí, pero el esfuerzo que realizamos hay que ponerlo en valor puesto que dentro de las dificultades económicas que atravesamos, la reducción es de un 10% sobre el presupuesto ejecutado en 2012, frente al 70% que reduce elGobierno de España, por ejemplo. Además, nuestro compromiso y apoyo con los que sufren más allá de nuestras fronteras queda refrendado en el hecho de que Asturias se encuentra entre las cuatro únicas comunidades autónomas que han disminuido su presupuesto en cooperación por debajo del 40%. Así, para este ejercicio contamos con cerca de 6 millones de euros.

-Hay quien dice que este dinero debería destinarse a cubrir las necesidades de la gente de aquí.

-No debemos caer en la trampa de enfrentar a los pobres de aquí con los pobres de los países en desarrollo. Pienso que una parte importante de asturianos y asturianas están concienciados y conocen la situación de pobreza extrema, de desprotección y de violación sistemática de los derechos humanos que se vive en los denominados países del Sur. Aquí sufrimos una fuerte crisis, pero los ciudadanos de esos países la padecen de una manera mucho más dramática, y la situación en España, aunque difícil, no es comparable con la de estos pueblos y comunidades.

-Y a la hora de repartir el presupuesto, ¿cuáles son las prioridades?

-Lo principal sigue siendo la lucha contra la pobreza y el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Nosotros nos regimos por un Plan Director, que es dónde están establecidas las prioridades en materia de cooperación. Ahora, estamos inmersos en la elaboración del nuevo, para el periodo 2013 – 2016, que marcará las líneas de actuación en esta materia. La idea es la de concentrar nuestra ayuda en aquellos sectores que han demostrado ser clave para mejorar las condiciones de vida de las personas, y que son los servicios sociales básicos -especialmente la educación, la sanidad y la alimentación-, a los que dedicamos casi la mitad de nuestro presupuesto. Para el próximo año, también continuará siendo otras de nuestras prioridades actuar frente a las crisis humanitarias, naturales o causadas por el ser humano. En definitiva, tenemos tres líneas de trabajo que vamos a mantener como son la subvenciones a ONGD, la asistencia a personas que se encuentran sin lo más básico, por causa de conflictos armados o desastres naturales, y el apoyo a proyectos que se realizan en países en vías de desarrollo por entidades de allí.

-No sé si antes de llegar a la Agencia tenía mucha vinculación con las ONGD asturianas pero después de estos meses al frente, ¿qué destacaría del trabajo que desarrollan?

Conocía su labor, pero no en profundidad. Me gustaría destacar el intenso trabajo que en Asturias se desarrolla por parte de las Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo a favor de los más desfavorecidos. Estas organizaciones son actores fundamentales de la cooperación asturiana y están llevando a cabo una labor esencial y con una gran profesionalidad hacia las personas más vulnerables.

-En las políticas de cooperación, ¿hay un enfoque de género? ¿Es la mujer uno de los sectores a los que más hay que proteger en otras naciones menos desarrolladas?

Desde la Agencia existe una sensibilidad especial respecto del papel de la mujer en los procesos de desarrollo. Consideramos que es motor de progreso que influye en todo su entorno, y además creemos que sin medidas que permitan la igualdad entre hombres y mujeres no hay progreso. Es por ello que existe un enfoque de género en nuestras políticas de cooperación al desarrollo, siendo ésta una de las prioridades transversales. Lo llevamos a cabo a través de proyectos que buscan la formación y capacitación de las mujeres y también el empoderamiento en la toma de decisiones, no solo económicas, sino también políticas.


-La infancia también es vulnerable a las situaciones de pobreza y guerra. Usted es de Laviana, un concejo en el que siempre se han cuidado mucho las políticas destinadas a los más pequeños y su concienciación. ¿La cooperación debería enseñarse en las escuelas?

Estamos convencidos que la educación para el desarrollo es necesaria en las escuelas. La sensibilización forma parte del trabajo que se hace desde la Agencia porque son acciones esenciales para implicar a la ciudadanía, y debe comenzar haciéndose con los más pequeños. Por ese motivo se financian numerosos programas que las ONGD´s imparten en los colegios aunque considero que se debería dar un paso más, para que esta formación estuviera reglada y formase parte del programa escolar. La formación sobre Derechos Humanos debería impartirse en todos los colegios.

El pasado mes, coincidiendo con la celebración del Día Internacional de los Derechos Humanos, la Agencia organizó una conferencia impartida por Baltasar Garzón.

-Precisamente, esta charla se enmarca dentro de las iniciativas que realizamos en materia de sensibilización. Baltasar Garzón acudió de forma altruista para hablar de derechos humanos en países latinoamericanos, donde está trabajando y colaborando en diferentes proyectos. Fue una conferencia interesante que despertó gran interés, y muy participativa, en la que el numeroso público que asistió tuvo la oportunidad de intercambiar con él, sus puntos de vista.

-La gente de la Cuenca siempre ha destacado por su solidaridad con el vecino y con el que está lejos. ¿Crees que es así?

-No solo lo creo, lo afirmo. La solidaridad es algo que a la gente de la Cuenca no nos es ajeno: siempre se ha alabado nuestro carácter solidario; quizás porque a lo largo de nuestra historia hemos dado sobradas muestras de apoyo a las causas justas.