“Ahora mismo tenemos un escenario favorable para revertir esta situación pero no podemos esperar más”

Vanessa Argüelles Rodríguez, natural de Barredos, es directora de Formación y Desarrollo de Personas en PFS Grupo y ejerce, además, como profesora asociada en la Universidad de Oviedo. El pasado mes de marzo presentó una tesis doctoral en la facultad de Ciencias de la Educación que recibió mención cum laude y mención especial de industria.

Vanessa Argüelles.

 – Sobre qué pregunta se sostiene su tesis.

– La cuestión principal que planteo es la de conocer los rasgos del talento tal y cómo se entienden por parte de las compañías pues, aunque parezca que no es así, las empresas continuamente están buscando trabajadores y quejándose de no encontrar lo que necesitan. Así que lo que planteó es: si cada año salen de la Universidad montones de personas tituladas, capacitadas, por un lado, y por otro las compañías están buscando trabajadores cualificados, por qué la tasa de desempleo continúa siendo alta y por qué, muchos de los estudiantes que terminan la carrera, piensan que van a tener que abandonar Asturias para trabajar porque aquí, dicen, no hay oportunidades.

-¿Cuál es el problema fundamental que ha detectado para que se dé esta situación?

-Hay una mala comunicación entre lo que la empresa demanda y la universidad oferta. Y esto se ve, por ejemplo, en los premios de fin de carrera a los mejores expedientes. En otros países las empresas más punteras están entre el público para ver y conocer a los nuevos talentos. Aquí no. Y es que muchas veces incluso pensamos que, quien es brillante en la universidad, pocas veces lo es en lo profesional.

-¿Cuándo empezaron a preocuparle estos temas? Tuvo algo que ver el ser de la cuenca.

– No. Yo estoy muy orgullosa de ser de aquí y me gusta que les cuenques salgan para algo más que para decir cosas negativas. Creo que detrás de esta tesis hay dos ingredientes fundamentales. Siempre me ha llamado muchísimo la atención el mundo empresarial, los negocios y el crecimiento profesional. Por otra parte creo que la vivencia y la pérdida de mi hermano hace tres años, una persona muy especial para mí que me enseñó los más importantes valores de la vida, me despertó desde muy pequeña la actitud de ayudar a los demás y el valor de observar lo que dicen y hacen las personas. Todo esto, unido a la gran suerte de estar trabajando con equipos directivos de primera línea que me ha permitido disponer de un lugar privilegiado para llegar a cabo esta investigación.

“En otros países las empresas más punteras van a la universidad para conocer a los nuevos talentos”

Vanessa conversando con nuestra redactora Bibiana Coto.

-Volviendo al tema laboral, supongo que la percepción que tenemos tenga mucho que ver con las oportunidades que percibimos en el entorno.

-Desde luego que sí. Yo tengo una hija y espero que no tenga que marchar a trabajar fuera si realmente no quiere. ¿Por qué no va a poder crearse  un tejido empresarial en el que coja todo el mundo? Hay que moverse y revertir la situación. Depurar responsabilidades, de uno y otro lado,  es un discurso que no me interesa porque nos está impidiendo avanzar. Hay que hacer, las oportunidades también hay que buscarlas, generarlas. Quizás ahora mismo tengamos el escenario político más favorable de los últimos 30 años de la región, entiendo que es el momento de hacer, no hay otra, hagamos.

-¿Qué llamó la atención en el tribunal al presentar la tesis?

– Creo que lo que más impactó, aunque no me lo dijeron, es haber acudido a la Universidad a presentar una tesis doctoral que en cierto modo critica a la Universidad. Eso sí, la tesis está hecha desde el profundo respeto y con datos; desde un punto constructivo de creación y no de destrucción. Adoro la universidad, pero esa adoración no me impide ver lo que no está funcionando y ponerlo de manifiesto. Repito, con datos.

-¿Qué es lo que propone su tesis?

– Unir la teoría con la práctica. Tener un modelo universitario que permita a los estudiantes tener una inmersión real en la empresa. Yo no digo que tenga que haber una interferencia de la empresa en la universidad, pero sí tiene que haber comunicación. Pienso que debería potenciarse mucho más la figura del profesor asociado vinculado a la gente de empresa. Los alumnos tienen que conectar con el entorno laboral desde que inician sus estudios universitarios, deben terminar sus estudios sabiendo desempeñar la profesión para la que se han preparado no habiendo aprobado un expediente.

Propone un cambio de paradigma que no sólo es en lo académico si no en lo laboral. Todos conocemos el ejemplo del chico de prácticas que no recibe tutelaje de la empresa pero sí que realiza el trabajo de alguien que debería estar en plantilla.

-Sí, eso también pasa y no es la idea. Hay que empezar a a mirar lo que hacen en otros países. Si tú vas a Alemania ves que cuando diseñan la universidad lo hacen al lado de zonas empresariales de tal manera que en la cafetería no solo se juntan estudiantes si no que hay gente del mundo laboral. Se crea otro tipo de ambientillo. Por otra parte, no puede ser que en la Universidad se sigan dando – en algunos casos – los mismos apuntes que se daban hace 20 años porque el conocimiento ha avanzado y eso, lo único que muestra, es desidia por parte del profesorado. En la empresa, otro tanto de lo mismo. No vale con decir que la gente no vale o no está formada. Ve a la universidad y di lo que las empresas están buscando. Si un determinado programa informático que se estudia en ingeniería está totalmente obsoleto.

“Depurar responsabilidades, de uno y otro lado, es un discurso que nos está impidiendo avanzar”

Vanessa Argüelles durante la entrevista.

-¿Cuál es su experiencia como profesora universitaria?

– La primera vacante que cubrí tenía matriculados noventa alumnos pero el aula apenas tenía quince sillas. A mí me sorprendió y pregunté por ello. Me dijeron que era un “hueso” y que esos eran los alumnos que venían. Pues tenían razón, el primer día vinieron incluso menos alumnos. Así que decidí dejarme la piel en esa clase. Al día siguiente llegaron más alumnos porque se había corrido la voz. Al tercer día y ya hasta terminar el cuatrimestre tenía que llevarlos al salón de actos, con un frío terrible porque allí no había calefacción, pero raro era que fueran menos de 70 a cada una de las clases. Lo tengo muy claro. Si en una clase de cien alumnos suspenden noventa el problema no es de los noventa que no lleguen, el problema es del profesor. Y el papel del profesor es enseñar, no soltar su discurso para quien quiera seguirla. Mi experiencia como profesora, sin considerarme para nada especial ni mejor que nadie, es que si te molestas en enganchar a los alumnos ellos se enganchan.

– En toda su tesis habla del talento. ¿Qué es el talento?

– El talento es ese brillo que se huele, son esas ganas de hacer, esas habilidades que caracterizan a esas personas que están siempre dispuestas a hacer, que tienen habilidades y comportamientos que originan que lo que hacen lo hagan de manera excelente.

Talento es poner los valores en acción, es compromiso, es esfuerzo. La persona vaga se queja, no se forma para ser mejor profesional, critica, deshace. La persona talentosa mejora lo que esté de su mano mejorar, hace, se forma para aprender de manera continua, construye.

-¿Y los empleados?

-Desarrollarse profesionalmente, ganar un sueldo digno y una serie de ventajas sociales que les dé la empresa. Si tú tienes un buen empleado, cuídalo. Y piensa, además, que no todos los empleados tienen las mismas necesidades e inquietudes. A mis clientes siempre les digo que formen a sus empleados de manera exponencial, y en alguna ocasión alguno me dijo “claro, lo formo yo y luego se me va a la competencia formado”, y yo siempre les digo “atrae a los mejores, formarlos para que lo sigan siendo y quiérelos para que se queden a tu lado. Tu desgracia sería que no los formes y encima que no se vayan”.