Brañagallones, un refugio verde y sostenible

El refugio de la vega casina de Brañagallones se convertirá en un ejemplo de edificación sostenible. Llegar al autoconsumo mediante el uso de energías renovables. Una reconversión que está contemplada en el proyecto que el Principado ha solicitado al Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico dentro de los convenios de transición justa con financiación europea. El proyecto supone un paso más hacia la reconversión del refugio casín de Brañagallones “en un modelo de instalación deportiva de montaña que sirva de epicentro del desarrollo sostenible en la zona y promueva el turismo verde”.

Una novedosa iniciativa que supondrá la combinación de diferentes fuentes de energía. La intención es que se convierta un emblema de cómo se pueden hacer refugios de montaña, apostar por la sostenibilidad y el cambio a la energía verde. De momento, la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo ha reservado una partida presupuestaria de 260.000 euros para el refugio de Brañagallones, y se estimaba que este dinero fuese para renovar el sistema energético de la instalación. Se hace necesario para mitigar las frecuentes averías de los actuales generadores de gasoil, que ya han provocado varios apagones.

El refugio de Brañagallones funcionó previamente como parador. El Principado desembolsó 1,1 millones de euros (más una cantidad similar para mejorar el acceso) para que abriese sus puertas en agosto de 2006 como hotel, después de estar cerrado durante catorce años. Los constantes fallos en su sistema eléctrico unidos a un importante  deterioro del tejado provocó que estuviese varios años cerrado.