“Si no se establece un protocolo ya pondremos en peligro el 2021”

La crisis del covid ha afectado al sector cultural del país. En el caso de los trabajadores en fiestas y verbenas, ni siquiera han tenido la oportunidad de trabajar tras el fin del estado de alarma.

Richard Barbón, Productor Chapó Eventos

-¿Cómo ve el futuro?

-Muy difícil. No se toman decisiones pensando en el sector de las verbenas. Por ejemplo: en cualquier ámbito un contrato que no se lleva a cabo tiene que ser cobrado igualmente, y esto no ha pasado. Si quisiéramos ejecutar esos contratos arruinaríamos, entre otros, a la administración. Pero a la vez ésta no nos está teniendo en cuenta. Y así tenemos personas, por ejemplo, que no están cobrando nada porque el estado de alarma los encontró si estar cotizando – son fijos discontinuos -.

-¿Qué medidas se plantean desde el sector para superar esta crisis y poder continuar con su empresas?

– Tenemos los créditos pero solo nos vale para endeudarnos nosotros. La situación, ahora mismo, es de descontrol. Nos escuchan, nos dan la razón, pero es que no se mueve nada. Y luego hay incoherencias. Se reduce el horario nocturno pero no se prevé la concentración de gente al tener menos horas de ocio. Se permiten unos eventos y otros no. Tampoco se tienen en cuenta las particularidades de las provincias en cuanto a tradición de verbenas.

– ¿Cómo ve su propio futuro?

– Este año ya lo tenemos perdido pero si no se reúnen con nosotros para establecer un protocolo perderemos también el 2021 ya que es ahora cuando se cierran los contratos del año que viene. Después de esto vamos a tener que recuperar la imagen del sector porque hemos sufrido una estigmatización. Ya no va a ser una cuestión de cómo volver a trabajar es que después del bombardeo mediático la gente va a tener miedo a ir a las verbenas.

Marisa Valle Roso, cantante

– ¿Cómo ve el futuro del sector?

– Con incertidumbre. Ahora mismo, muchos compañeros se están viendo obligados a buscarse otro trabajo. Veo un futuro a medio plazo donde tendremos que hacer un mayor sacrificio para recibir un menor beneficio y esto provocará que muchos se caigan por el camino. A largo plazo veo quizás más luz, cuando nos reinventemos de nuevo y encontremos fórmulas para seguir trabajando como antes.

– ¿A nivel personal cómo le ha afectado la pandemia en su calendario de actuaciones?

Nos confinaron un mes después de haber cerrado la gira de mi último disco, por lo que no afectó en gran medida a mi calendario. Tenía varias colaboraciones y algún concierto puntual fuera de Asturias y están aplazados.

Por otro lado, estaba en pleno proceso creativo, grabando lo que será mi próximo disco. Y aunque la pandemia haya retrasado la fecha de salida, el tiempo en casa me ha ayudado a reposar todo el trabajo, dedicarle más tiempo e incluso surgieron un par de canciones durante estos meses.

-¿Habrá que reinventarse? ¿Qué medidas cree que pueden ser efectivas para seguir disfrutando del mundo cultural?

Reinventarse forma parte del día a día de este sector. Ya han surgido otro tipo de obstáculos que han puesto en peligro nuestra profesión y siempre se han buscado caminos, maneras de resistir y evolucionar. Creo que no es momento de tirar la toalla. Hay que seguir, aunque no estemos recibiendo el apoyo que necesitamos.

La mejor medida que se podría tomar sería que en España a la cultura se la considerase una necesidad, porque lo es, porque cuando estábamos recluidos en casa fue el salvavidas. Y además la cultura está siendo segura, aunque no nos estén poniendo las cosas fáciles.

“La cultura ayudó a superar el confinamiento, es un bien social, una necesidad que tenemos”

Pablo Carrera, productor A Mansalva

– ¿Cómo afeutó la pandemia al sector?

-L’andanciu fue un golpe tan duru que ta echando abaxo un sector colos pilares oxidaos. Los meses de confinamientu dexaron de manifiestu que la música, el cine o la lliteratura son un bien de primera necesidá, la cultura fue la única ferramienta qu’evitó nun pegase cabezazos contra la paré. Dicho esto, non axilizar los trámites necesarios pa que’l desastre non afectase más aún a les industries culturales en tan conocíes condiciones de precariedá llaboral non tien nengún tipu de xustificación.

-¿Qué midíes camienta que deberíen de tomase? ¿Habrá que reinventase?

-Poner a funcionar urxentemente l’estatutu del artista, el texíu cultural ye tan diversu que necesítense midíes especifiques pa colos sos trabayaores, reconociendo los casos de temporalidá y aplicando los mesmos derechos que a cualquier trabayaor. N’esti sentíu el primeru que tien que reinventase ye’l sistema.

La inversión del estáu en materia cultural debería ser, como poco, proporcional a lo que la cultura aporta a la sociedá. Les entidaes publiques destinando partíes presupuestaries de cultura a otros fines demuestren nun tar a l’altura. Ye un disparate pretender llimitar los aforos a menos de la mitá n’espacios culturales con protocolos seguros, esa llimitación fai inviable el desarrollu de cualquier actuación. Lleva selmanes demostrándose que la cultura ye segura nun apaeciendo casos positivos, esto ye pola llabor responsable de toles persones implicaes.

– Amás, nel so casu, tien una escuela que tá furrulando con muncho éxitu. ¿Ve afayaices les midíes que tiene que tomase nel so negociu?

– Son viables n’algunes de les disciplines, nel casu de les que son grupales complícasenos tantu qu’optamos por cancelales hasta que la situación lo permita.

Anabel Santiago, cantante

-¿Cómo ve la situación del sector?

-Vamos capeando la situación aunque los conciertos se viven de forma más fría por todas las medidas que hay que tomar de distanciamiento, etc… Esperamos volver a lo de antes, al calor del público, a compartir y a disfrutar.

-¿Cómo le ha afectado la situación? Siendo una mujer polifacética como es, ya durante el confinamiento pudimos ver que aprovechaba el tiempo.

-Hay que adaptarse a las nuevas situaciones. Es ley de vida y en el mundo de la música aún más. En el capítulo vital del confinamiento decidí entrevistar a personas de la cultura en mi programa “De puertas pa dentro”: con personas como Ángeles Caso, Víctor Manuel, Rosa Montero o Cristina del Valle… Además de convertir el aislamiento en algo productivo y en un espacio de diálogo entre artistas, también fue terapéutico para mí, estaba cerca de las personas del mundo de la cultura, que se abrían para contarme sus miedos, sus reflexiones, su proceso en esos momentos. Me aportó grandes vivencias, amistades y fue una forma interesante de conocer la faceta humana de grandes personalidades culturales que de otra manera no se hubiesen sincerado tan abiertamente. El confinamiento nos ayudó a conectar con lo esencial.

-¿Qué medidas cree que son necesarias para garantizar la supervivencia del sector musical?

-Ayudas inminentes al mundo de la cultura por parte de las instituciones. El mundo de las artes es un engranaje que engloba muchos sectores laborales y es urgente que se contemple esta situación para asegurar su sostenibilidad y futuro a corto plazo. Se pueden seguir organizando actividades cumpliendo con las medidas establecidas, y es importante que la solución no sea la cancelación de eventos. Hay ayuntamientos como Xixón o Mieres que están haciendo una labor impecable en ese sentido.