Z de zeta-zeta

Hubo un día de mayo de hace ya unos años que quedó marcado para siempre en la historia de  la barriada como “El Día zeta zeta”. Fue la jornada en la que, para placer de los más pequeños,  se dio por concluida la plaga de piojos que había asolado la escuela durante aquella primavera. La peste piojil se dio por concluida toda vez que cada una de las cabezas del alumnado del colegio pasó la  durísima inspección ocular de María Luisa, la limpiadora del centro. Ella había sido la encargada de solicitar formalmente un gasto extra en la limpieza de la escuela que llamó la atención del funcionario encargado de dar el visto bueno.

-¿Han pedido ustedes 5 de kilos de antipulgas y piojos? ¿Ha pasado algo?

-Ay mira, fiu, nun me enredes. A mi mándame zetazeta de eso. Estes liendres, ni el vinagre les mata, prenda. Tan soldaes. –había respondido ella que sin escuchar la perorata burocrática al otro lado del teléfono, concluyó- Y mándamelo pronto que si no entre los guajes y los pioyos, cónmeme.

La plaga de piojos en la barriada no habría tomado dimensiones épicas nada más que para María Luisa sino fuera porque además de volver loca a la limpiadora de la escuela obligó a la hullera pública a clausurar, durante cuatro días, la casa de aseos del pozu de la barriada, el economato y hasta el sanatorio. Nunca nada igual se había visto.

-Bueno, todo cerrao a cal y cantun un se conseguía  desde las huelgas de los sesenta… -decía Cisco, el güelu de Pablo.

Cuatro jornadas en la que la barriada se paralizó para luchar contra el invasor. Se abrieron las ventanas, se lavaron las colchas, se baldearon las calles, los huertos, los praos… Cuatro días en los que Don Rufino, el farmacéutico, amasó tal fortuna a golpe de vender botes de zeta-zeta, que dicen las malas lenguas que el apartamento en Benidorm se lo compró gracias a aquella plaga. “Al menos la entrada del pisu, la pagó con los pioyos, eso digovoslo yo”, añadía Cisco. (Las malas lenguas dicen también que lo del Día Zeta-zeta lo había puesto Rufino que era un pionero del márquetin publicitario).

A Pablo y María la invasión de liendres los pilló con la cabeza limpia y claro, fueron los primeros en caer. A él las susodichas malas lenguas le echaron la culpa de infectar el ambulatorio cuando su madre lo llevó porque le dolía la cabeza de todo lo que ella había rebuscado entre los pelos con un cepillo de púas de metal.

-Van llamanos la Patrulla Zeta… -decía Pablo mientras se rascaba la cabeza empapada en zeta zeta con uno de los lápices que siempre llevaba en la mano . María hacía lo mismo y cerraba los ojos de puro placer al rascarse.

-Si ho. Como se enteren los de la otra barriada de que tamos infectaos lo que menos te van a llamar ye “pioyu andante”..
Pablo la miro con seridad.

-¿Oye crees que pudiera ser que una avioneta viniera  a fumigar todo el barrio cargada de Zeta-zeta?Te imaginas Sería chachipirulijuanpelotilla.

María volvió a mirar a su amigo.

-Mira, Pablín, si los otros  te escuchan decir “chachipirulijuanpelotilla”, ya no ye que te insulten. Ye que van matate.

Pablo sin escuchar a su amiga abrió los ojos y abrió su libreta. Dibujó durante dos minutos y arrancó la hoja. Se la enseñó a María.

-¿Crees que Maripaz la de la librería nos haría precio para cien copias de estas?-preguntó Pablo.

La guaja miró al dibujo (una avioneta con el Logo Patrulla Z sobrevolando edificios bastante parecidos a los de la barriada) y leyó el eslogan:

-“Si te pica la cabeza, compra en Don Rufino Zeta-Zeta ”. –María no daba crédito- ¿Pero esto que ye, Pablín?

-Un eslogan. Vamos papelar la otra barriada. Hay que crear expectativas de mercado.

María se volvió a mirar a su amigo.

-¿Expectativas de mercado? ¿Pero qué me estás contando?

-Sí, ye que por lo visto la plaga ahora ta allí. Y Don Rufino el de la Farmacia págame cinco pesetes por cada cartel que pegue en el otru barrio. Mira, ya me pagó… Si me ayudas, repartimos.

La neña vio a Pablo sacar de su bolsillo una reluciente moneda gigante de quinientas pesetas y le dio un abrazo a su amigo.

-Rediós, Pablín, creo que voy a ser la tu amiga toda la vida.