Rodrigo Marchal, a una carrera del Campeonato de España de Trial

Han pasado 13 años desde que Rodrigo Marchal se subiera, por primera vez, a una moto de trial. Era una Xispa Mitral de color rojo y negro, que él mismo negoció en la tienda Rendueles Motos. Ahora, con 17 años, está a tan solo una carrera de proclamarse Campeón de España de Trial, en categoría junior. El día clave será el próximo 18 de noviembre en Peñarroya-Pueblo Nuevo, una localidad cordobesa donde deberá superar los cinco puntos que ahora le distancian del líder de la competición, Pol Mediña.

Este joven de La Felguera, que tiene como ídolo a Toni Bou (por sus 24 títulos mundiales) y como piloto favorito a Albert Cabestany (“por su técnica”), cursa 2º de Bachillerato, entrena tres días a la semana, entre 3 y 4 horas; y entre sus aficiones está el automovilismo y la bicicleta de montaña.

Rodrigo Marchal superando un obstáculo. Foto: Astur foto deportiva.

Además del Campeonato de España, Marchal ha debutado este año en el Mundial de Trial, que se disputa desde mayo hasta septiembre, consiguiendo un décimo tercer puesto.  Una competición que consta de seis pruebas (Girona, Japón (doble), Andorra, Portugal e Italia) y que él mismo describe como “muy dura y competitiva”. Desafortunadamente,  pese a adaptarse al reglamento y a la cilindrada, “los nervios del debut jugaron una mala pasada”. Además, como hándicap añadido, el piloto langreano no pudo completar el campeonato,  al no conseguir los apoyos suficientes para disputar la prueba de Japón.

El piloto oficial del club Beta Trueba también ha participado, este año, en algunas carreras de los regionales de Asturias, castilla y León, Cantabria y Galicia. Su último triunfo, el mes pasado, ha sido el subcampeonato de Asturias, organizado por el club Motoclub TRIALFACTORY.

Esta temporada, además de finalizar su etapa en el instituto también terminará su etapa junior, que en Trial va desde los 14 años hasta los 18. Después, dará el salto a Tr2.

Queda lejos la primera carrera, con 5 años, en Pajares; pero la pasión por el trial, heredada de su padre, que además es su entrenador, está latente.  Una vez ‘a lomos’ de su  falta su Beta color rojo y azul, tan solo una manía perfeccionista, “asegurarse de la marcha que quiero poner, antes de entrar en zona”. Que así sea.