“Los políticos no han creído en la importancia del movimiento vecinal dentro de la democracia”

Vicente Gutiérrez Solís es un histórico dentro del movimiento vecinal. No en vano ha pasado los últimos 23 años al frente de la Federación de Vecinos de Langreo que, recientemente, se ha disuelto. La falta de relevo ha sido la causante de este triste desenlace propiciando la baja en el registro de asociaciones del concejo langreano. De sus logros, aciertos y fracasos ha hablado con LA CUENCA DEL NALÓN.

Vicente Gutiérrez Solís por las calles de Sama.

– Como sintió usted la desaparición de la Federación de Vecinos de Langreo después de tantos años de esfuerzo?

-Fue penoso no ser capaz de que esta federación siguiera adelante. Siempre he creído que el movimiento social y vecinal era muy necesario para avanzar y conseguir mejoras reales que se palparan en la calle. Soy un ferviente defensor de la participación ciudadana y entiendo que, este tipo de asociaciones para la democracia, permite canalizar el sentir general de la gente.

Si dejamos las cosas al hilo de lo que pueda hacer la clase política creo que nos estamos equivocando.

La primera crisis llegó con la transición. Estábamos muy creídos con los partidos políticos, sobre todo los de izquierda, iban a ser precisamente los más sensibles hacia el movimiento vecinal. Y esto fue un equívoco tremendo que llegamos a pagar. Hicimos frente a una crisis por depositar totalmente la confianza en los partidos que, además, en los casos de la izquierda se valieron incluso de los líderes vecinales para incluirlos en las candidaturas. Y de esto encontramos casos tanto en Asturias como en Langreo.

-En todo este tiempo, hubo logros y hubo fracasos. ¿Cuál considera que fue le mayor fracaso que vivió la federación?

-Sin duda el mayor fracaso fue la privatización del agua. Aún hoy no me entra en la cabeza que un municipio como el nuestro, que está vendiendo agua al Ayuntamiento de San Martín, decidiera privatizarla. Esta privatización trajo una subida considerable en el canon que todos pagamos y que tendremos que seguir pagando. Por eso no entiendo que el pueblo no haya participado más activamente protestando con manifestaciones en la calle. Se hizo mucho, pero no fue lo suficiente para dar vuelta a la situación.

Solís en un momento de la entrevista.

“Sin duda el mayor fracaso fue la privatización del agua en Langreo, se hizo mucho pero no conseguimos revertir la situación”

-Ahora vamos a hablar en positivo y señalar los logros. Que, en tantos años, no serán pocos.

-A ver, durante muchos años en Langreo no se movió una paja sin que la federación estuviera presente bien colaborando, bien organizando. Por ejemplo, en los años 90 impulsamos las plataformas para la defensa ciudadana en la que participaron diferentes colectivos como comerciantes, hosteleros, asociaciones culturales y de festejos.

También hemos participado en temas de sanidad donde éramos llamados por los sindicatos y grupos de médicos para asistir a las reuniones y abordar diferentes temas. Esto hay que ponerlo muy en positivo porque llegamos a tener, incluso, un representante de la federación en el Consejo de Dirección del hospital Valle del Nalón. Luego podemos destacar también el cambio del tanatorio a las afueras, la mejora en el transporte público o la obtención de ayudas para personas que se vieron afectadas por la quema de Modesta.

-¿Cuál cree que es la causa por la que no hay un relevo generacional en las asociaciones, ya sean de vecinos, de festejos, culturales…?

-Creo que hay varios factores a tener en cuenta. Yo, lo primero que hago es esta reflexión. Creo que sería necesario que los ayuntamientos, alcaldes, cargos públicos empezarán a pensar porque hemos llegado hasta aquí.  El porqué de este trato y comportamiento de la gente hacia los partidos políticos. Y cuando analicemos esto igual vemos que los políticos no se han creído la importancia del movimiento vecinal dentro de la democracia. Ni se lo creyeron antes, ni se lo creen ahora a pesar de que al anuncio de elecciones parezca que sí. Personalmente, nunca tuve ningún tipo de rechazo a que entraran jóvenes, todo lo contrario. Pero es cierto que antes la implicación de ellos era mayor que la que hay en estas generaciones.

– ¿Entonces cree que este hastío provocado por el “no miran para nosotros” puede ser una de las causas fundamentales para no dar un paso al frente? Todo sea dicho de paso, un trabajo muy duro que no está pagado y que implica muchos sacrificios.

-Sí. Te pongo un ejemplo. En el año 79 entré en  la corporación de Langreo y en el programa ya se llevaba un estatuto de participación ciudadano. Cuarenta años después, el estatuo consensuado tras muchas reuniones con el gobierno local, es más descafeinado que el que llevábamos por aquel entonces. La gente ve esto y se cansa. Porque estar en una asociación de vecinos exige ser muy reivindicativo, echar muchas horas de trabajo… exige, al final, que te sacrifiques y sacrifiques a los tuyos para conseguir mejoras que van lentas y que, a veces, ni siquiera llegas a ver.

-¿En qué proyectos se centrará ahora, con más tiempo libre?

– La verdad es que si lo dejé es porque no encontré a nadie que liderara la junta directiva o que formara otra. Lo intenté alargar lo más que pude, pero no salió y yo ya estaba muy cansado. Encontrar el compromiso de la gente es difícil.

Ahora mismo yo poco puedo hacer, porque llevo 64 años peleando y a ello contribuyó mucho mi mujer que fue la que pagó muchas de las consecuencias de la vida que yo llevé. Hasta ahora hubo salud y llegamos hasta aquí. Ahora yo tengo que hacer los posibles por devolver parte de lo que me dio y lo que nos quede quisiera hacerlo juntos. Es una deuda que tengo con ella que crió a nuestro hijo mientras yo andaba de cárcel en cárcel, deportado y en el exilio.

-Llegados a este punto, le tengo que preguntar por uno de los temas que también ha protagonizado. Forma usted parte de la querella presentada junto a otros históricos como Anita Sirgo, José García o Faustino Sánchez por los crímenes del fascismo. ¿En qué situación se encuentra esta querella?

– Lo de la querella, aún estamos todavía. Ya va cerca de un año que tuvimos la última reunión y seguimos luchando, en la medida de lo posible, por la memoria histórica. La esperanza que nos queda después de haber sido denegada por la Audiencia Provincial es encontrar, cuando lo llevemos para adelante, una persona que sea sensible a estos temas. Hasta ahora no encontramos ayuda de ninguna parte y los pocos que quedamos de aquella época tenemos miedo de no ver realizado un sueño de reconocimiento para todos aquellos ciudadanos que lucharon: primero, contra el franquismo; y después por la democracia, por la libertad y por la justicia. Todo esto tiene que tener un reconocimiento digan lo que digan “algunos” grupos políticos. Queremos condenar el franquismo y rehabilitar de alguna manera a todos los que de una u otra forma batallaron para llegar a donde estamos ahora.