Atlas de Geografía Minera: Ya sois nuestras reinas

Las neñas del Club Deportivo Patinalón, del equipo femenino de la categoría OK Plata, se van a mediados del mes de marzo a Madrid, concretamente a Alcobendas, a participar en la Copa Princesa, uno de los torneos más importantes de España, y no podemos estar más orgullosos de ellas. O tal vez sí.

El padre de una de las jugadoras me escribió hace unos días para contarme la clasificación para el campeonato y, con humildad, me puso en su mensaje: “Un hito para nosotros y una migaja para el mundo en general”.

Pero voy a desmontarle la frase, perdóname Dani, porque no creo para nada que sea así.

No es ninguna migaja representar todos los valores que reúne un equipo femenino de un deporte minoritario en un pueblo minero (de ese carro no me bajo, por mucho que cierren las minas) del extrarradio del extrarradio (sí, no me equivoqué, es que lo puse doble).

Hay tantas cosas que están bien en esta noticia que basta solo con analizar esta última frase palabra por palabra para darse cuenta.

El primer término en el que nos fijamos es “equipo”. Y aquí, si me permitís, todo está bien, porque en el mundo en el que vivimos ahora mismo, en el que se premia la individualidad, la consecución de metas y victorias machacando al resto y sobre todo si es más débil, estar en un grupo, formar parte de un conjunto al que le va a ir bien si todo el mundo aporta su granito de arena, casi me parece hasta magia. La colectividad, algo tan importante y que nos enseñaron tan bien nuestros mayores en esta cuenca… ¡Fantasía!

La segunda palabra es “femenino”, y aquí me voy a poner pesada, pero es que sería de ciegos no reconocer que el deporte practicado por mujeres está minusvalorado y menospreciado con respecto al de los chicos. Hasta el punto de que, aunque no lo creáis, muchas veces las mujeres no encontramos dónde entrenar porque primero, y siempre primero, eligen ellos. Sobre el desdén al deporte femenino, os voy a poner un ejemplo claro sin salir del hockey. Ahí tenemos al Club Patín Gijón Solimar, al que ahora conocemos como Telecable Hockey Club, que son de Gijón y que en su palmarés el equipo femenino suma: 4 OK Ligas, 5 Copas de la Reina, 2 Supercopas de España, 2 subcampeonatos de OK Liga, 5 subcampeonatos de Copas de la Reina, 2 subcampeonatos de España y, agarraros que vienen curvas, 6 Copas de Europa, 3 subcampeonatos de Copas de Europa, 1 Subcampeonato de Copa Intercontinental y 1 Copa Intercontinental. No hace falta que lo suméis, ya os lo digo yo: 18 títulos nacionales e internacionales. Repito: 18 títulos nacionales e internacionales. Seguro que algo os suena porque salen en los medios de comunicación de vez en cuando, solo faltaría, pero estaréis de acuerdo conmigo en que poco salen para lo que deberían. Ningún equipo asturiano masculino puede ahora mismo soñar siquiera con acercarse a semejante historial, por mucho que ellos sí copen las portadas de los periódicos o los primeros minutos de los informativos de televisión (cuando no todos).

Y esto me hace llegar al siguiente término de la frase, lo de “deporte minoritario”. Como portera de balonmano que soy y que aún ejerzo en el equipo de Veteranas Cuencas, sé de sobra que no se puede luchar contra el todopoderoso fútbol o su “hermano pequeño”, el futbito. Ni siquiera lo intentaremos; ese no es nuestro campeonato. Pero es tan guapo asomarse a un polideportivo y ver a gente jugar a baloncesto, voleibol, hockey… Es tan precioso tener a unas guajas de este valle nuestro, llenas de nervios porque en unos días tendrán que ir a luchar a Madrid por la Copa Princesa, que creo que no es justo decir que su clasificación es “una migaja”. No lo es, Dani; la participación del equipo de la OK Plata del CD Patinalón en este campeonato es historia del deporte de la cuenca minera y también es un hito para todos nosotros, para todas nosotras.

 Así que enhorabuena a todas y cada una de las jugadoras, al equipo técnico (que merecen un capítulo aparte esos entrenadores que están ahí por amor a tantas cosas), a sus familias, que pierden tardes de semana y mañanas de descanso acompañando a las jugadoras.

 Id a Madrid, disfrutad del juego, y a la vuelta nos contáis. Queremos que sepáis que, pase lo que pase en la Copa Princesa, vosotras ya sois nuestras reinas.